lunes, 20 de junio de 2011

CHAVELA VARGAS


Isabel Vargas Lizano, nació en 1919 en Costa Rica, pero pasó gran parte de su vida en México, donde triunfo allá por los años cincuenta gracias a una canción de rebeldía, o como diríamos ahora (protesta) del siglo XVII, llamada “Macorina”, a la que le hizo sus propios arreglos.

Tuvo una vida nada fácil, por no decir tremendamente dura, ella misma cuenta en numerosas ocasiones, que sus padres no la querían, “A mis abuelos los conocí y a mis padres más de lo que hubiese querido”. Tuvo cuatro hermanos, “se dieron cuenta de que yo era homosexual desde muy niña“, cosa que la familia nunca acepto y se referían a ella como “rareza”. Cuando sus padres se separan se va a vivir con sus tíos, “Dios los tenga en el infierno”, palabras durísimas que delatan una niñez desgraciada por falta de cariño.

Huye a México con tan solo 17 años, donde posteriormente adopta la nacionalidad mexicana.
Ya en la adolescencia,  trabajó desde criada hasta vendedora de ropa de niños. En los cincuenta, despojada de todo boato, y ataviada solo con un sencillo poncho de lana y su voz recia y estremecedora, recorrió todo México convirtiéndose en “la Vargas”. Pasó una larga temporada en el Champagne Room de la Perla, en Acapulco, donde acudían todas las noches los artistas más importantes de Hollywood. Canta en la boda de Elizabeth Taylor con Mike Todd, donde conoce a los más destacados artistas del momento como; Rod Hudson, Grace Kelly, Ava Gardner etc.

Cantaba rancheras, fumaba, bebía, y montaba a caballo como un hombre, y hasta llevaba pistola. Era una actitud desafiante ante el continuo rechazo de la sociedad hacia su homosexualidad. Canta para la revolución mexicana dedicándole varios discos de corridos como “Juan CHasrrasqueado” y “Simón Blanco”, enardeciendo a un público entregado por completo. Por los años cincuenta en México los hombres eran arrestados por su condición sexual en celdas llamadas”J” empezaron a llamarlos “Los Jotos”. Es en los últimos años de la década de los sesenta, cuando surge el movimiento juvenil llamado “Hippies”, en todo el mundo y hay un canto a la libertad y a la tolerancia hacia la homosexualidad y bisexualidad.

Su primer álbum lo publica en 1961, con canciones tan queridas por todos como, “Adelita”, “Soldado  de levita”  , “La llorona”, “Paloma negra”, “Tú me acostumbraste” o “Piensa en mí”,  Luz de Luna” entre otras muchas, que en su voz desgarrada tomaban otra dimensión. Posiblemente la dureza de una vida por falta de la aceptación familiar, hace que su voz sea única, llamada “la voz áspera de la ternura“, la que transmite una sensibilidad fuera de lo común, canciones que en su voz llegan al corazón.
    
Ya consagrada por meritos propios, se codea con la flor y nata de la bohemia mexicana, personajes como; Agustín Lara, Diego Ribera, Pablo Neruda, Juan Rufo o Frida Kahlo -su gran amiga, con la que compartió grandes momentos, y de la que en una ocasión dijo que fue el gran amor de su vida-, etc.
Se ausentó de los escenarios durante bastante tiempo, volviendo en los noventa. Pedro Almodóvar la redescubre y la hace participar en dos de sus películas “La Flor de mi Secreto” y Carne Trémula”, mimada y admirada por artistas como; Ana Belén, Aute, o Joaquín Sabina entre otros, este último le canto “las amarguras no son amargas cuando las canta Chávela Vargas”.
Cuando en España es nombrada por la Universidad de Alcalá de Henares, “Excelentísima e Ilustrísima, Señora” dijo lo siguiente: -Nunca me habían dado un titulo como ser humano.
Que terrible debió de ser, sobretodo su niñez y juventud, pues ya en su madurez si es  reconocida por todos los públicos, agasajada, respetada y muy premiada.

En el 2009 presenta junto a María Cortina el libro autobiográfico, “Mis Verdades” y en abril del 2010 a los 91 años de edad, presenta su disco “Por Mi Culpa”, en el que hace duetos con grandes amigos como; Mario Avila, Eugenia León, Joaquín Sabina, y Lila Downs.
“Cuando ya muera no quiero que me recen rosarios, ni se den golpes de pecho, no quiero lagrimas postreras, no me vayan a llorar a mi tumba porque no estaré ahí”.

Dejara su herencia, a niños enfermos de cáncer. “Quiero que me incineren y esparzan mis cenizas en un rio cualquiera, pero eso si que tenga agua”.

Dedicarle estas líneas, a una persona por la que siento gran admiración y porque su voz y sus  canciones me hacen llorar de emoción, es todo un honor para mí, Chavela tiene  algo que muy pocos artistas tienen, una sensibilidad fuera de lo común y lo sabe transmitir. Rechazada por su propia familia, e imagino que por gran parte de la sociedad de la época, su vida tuvo que ser  muy dura sufrimiento y rebeldía, que por lógica debía llevar siempre enconado dentro de su ser y que posiblemente solo lo dejara salir libre a través de sus canciones, con las que abre al mundo su corazón mal herido.

Es un ejemplo más de la cruel intolerancia, que durante siglos han tenido que sufrir en sus carnes muchas personas, por una sociedad hipócrita que las señalaba como anormales y contribuyeron a que sus vidas fueran un infierno, sin que nadie les restituyera ni indemnizara, por los daños sicológicos sufridos, ella al menos supo hacerle frente a toda una sociedad machista, a la que desafiaba continuamente. Actualmente, vive en Tepoztlán, en el Estado de Morales.

LARGA VIDA A LA "VARGAS"


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