lunes, 27 de diciembre de 2010

¿BUENAS NOTICIAS? NO, ¡BUENÍSIMAS!

Buueenoos diaaas, y por fin, muy ¡buenas noticias! Dicen que: ¡Van a subir las pensiones!  ¡Que nos vamos a poder jubilar a los sesenta y tres, con el cien por cien del sueldo! ¡Que se acaba el paro! ¡Que los que terminan sus carreras podrán acceder inmediatamente a un puesto de trabajo de su categoría! ¡Que habrá suficientes residencias gratis para  los ancianos de rentas mas bajas! ¡Que se acabarán las subvenciones para los colegios privados, porque el Estado hará suficientes colegios, institutos, y universidades de calidad, totalmente gratis y para todos! ¡El que quiera  que sus hijos estudien en colegios privados que lo page de su bolsillo! ¡Que los super, super, ricos, se traerán a España, sus inmensas fortunas que tienen a buen recaudo en paraísos fiscales, desde ese momento sí podrán decir sin que les "crezca la nariz" ¡que son muy, pero que muy españoles! ¡Atención, atención!, los políticos en un acto de solidaridad, se bajaran los sueldos el cincuenta por ciento. Y por fin, como guinda del pastel, la iglesia Católica y Apostólica, va a cumplir con la Ley que se aprobó en el setenta y nueve, y se va a autofinanciar y, no solo eso, también pagarán el IBI como todo hijo de vecino, ¡lo que ya no sé es si será con carácter retroactivo! Pero con esos dineros qué duda cabe, habrá para cubrir todos los servicios sociales. ¡Aleluya!

Enhorabuena a todos los españoles.



Posdata:
¿Qué os lo habíais creído?
 Pues no sois inocentes ni na.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

DÍA DE LA SALUD

Veintidós de diciembre: Es el día del sorteo extraordinario de la lotería de navidad, en  la que juega mucha gente, que normalmente no lo hace por cuestión de presupuesto, algunos juegan por costumbre adquirida de sus padres, o sea por tradición, otros los más,  porque tienen  grandes deudas con los bancos en forma de hipotecas, y ven en ese pequeño décimo la solución en parte. Otros por la ilusión de ver cumplidos sus sueños, hacer grandes viajes, comprarse una casa mejor, montar un negocio, etc…

Pero hagamos un poco de historia como de costumbre de la mano de mi buen amigo “Google”. La lotería en España vino de la mano de Carlos III que la importó de una tradición de Nápoles, la cual era igual que la primitiva actual. El primer sorteo fue el 10 de Diciembre de 1763.

La lotería actual, nació en Cádiz en 1811, con el fin de aportar fondos a la hacienda pública, que quedo resentida por la Guerra de la Independencia, fue un medio de aumentar los ingresos del erario público sin acrecentar los impuestos.

El primer sorteo fue el 4 de marzo de 1812, solo en Cádiz y San Fernando, saltando después a Ceuta y a toda Andalucía, tras la progresiva retirada del  ejército napoleónico.

El 28 de febrero de 1814 se celebra el sorteo  por primera vez en Madrid, convirtiéndose desde entonces en sede de la Lotería Nacional. Siendo llamada por el pueblo la “Moderna”.

Yo recuerdo que mi madre decía siempre “quien mete por necesidad pierde por obligación”. Mis padres estuvieron subscritos a un número el cual no logro recordar.

Todas las navidades, yo iba con mi madre a la administración que hay al lado del gran teatro, ese pequeño quiosco antiguo que tantos recuerdos me trae, donde le reservaban su número todos los años. Aunque les costaba mucho trabajo reunir el dinero, no quería renunciar a el por aquello de que “el día que lo dejemos toca”, y porque ese número lo tenían siempre reservado mis abuelos maternos y mi madre continuó con la tradición.

 A mí lo que me gustaba era ir al centro, donde podía ver en los escaparates tantas cosas bonitas, que por supuesto no nos podíamos permitir, cogida de la mano de mi madre con mi abrigo de segunda mano, que heredaba de la hija de algún pariente  de mi madre, pero feliz y contenta por el paseo. Luego soñaba con todo lo que había visto, y era feliz.

Nunca tocó nada. Todos los años, un repunte de esperanza, sueños de una pequeña mejora, luego,  la frustración más absoluta, y vuelta a la rutina y cruda realidad. Pero durante unos días se soñaba que las cosas podían cambiar gracias a la Lotería, algo así como el cuento de la lechera. De vez en cuando un poco de ilusión ayuda, luego el espíritu de supervivencia te pone en tu sitio.

También se decía “el dinero busca al dinero”, casi siempre toca a los más poderosos, por la sencilla razón de que gastan mucho más durante todo el año, en todo tipo de juegos de azar, sin necesidad de hacer ningún esfuerzo, ventajas de las clases pudientes ¡qué fácil lo tienen todo!

El día en cuestión, desde muy temprano se podía escuchar a través de la radio, la machacona cantinela, de los niños de San Idelfonso, cantando los números que iban saliendo del bombo, y el característico sonete,  “veinticinco miiiil peseeeeetas.”

Han pasado muchos años, y esta historia ha cambiado muy poco, las mismas desilusiones,  más en tiempos de crisis como el que estamos pasando, cuando mucha gente teme perder su trabajo aunque esté mal pagado,  cuando cientos ya lo han perdido, cuando tantos jóvenes se han sacrificado ellos y sus padres por terminar una carrera y no encuentra su primer trabajo, cuando muchos tienen que dejar sus hogares por no poder pagar la hipoteca.

Los mismos que nos han llevado a esta terrible situación, no tienen el menor remordimiento ni les tiembla la mano cuando desahucian a una familia con hijos dejándolas en la puta calle, “perdón” por la expresión pero es que no me sale otra, lo siento.

Cuando el gobierno de turno favorece al poderoso y carga contra los más débiles, que son los que con su trabajo y sus impuestos controlados, mantienen a todo el país. Paradojas de la vida, los que más trabajan y contribuyen a que el país funcione, son los que menos ganan, y los que siempre pagan el pato de los desaguisados que cometen los gobernantes de turno.

Vuelvo a decir que no hemos cambiado nada o muy poco.

Feliz día de la salud. 

viernes, 17 de diciembre de 2010

LA NAVIDAD EN EL RECUERDO



Mis  mejores recuerdos de las navidades.

Mi casa, dos patios grandes el de entrada, y el principal, llenos de flores, el corralón multiusos, y paraíso de todos los niños de la casa, y el patinillo, un patio más pequeño donde estaba la cocina, el pozo, la pila, y el retrete.

 Recuerdo aquella gran cocina, donde las mujeres no paraban de trajinar, y ayudarse las unas a las otras a preparar la cena de la Nochebuena y la comida de Navidad.

 Se hacían roscos y pestiños, las niñas siempre queríamos meter mano a todo, con el pretexto de ayudar, aunque lo que realmente hacíamos era estorbar. Pero lo que más nos llamaba la atención era la matanza de los pavos la víspera de la Nochebuena, recuerdo que casi siempre era mi vecina María la que los hacía pasar a mejor vida, les doblaba el cuello y daba un corte tan certero que el pobre animal no decía ni pío. El otro día hablando con la hija de mi vecina Maria me recordó que un año su madre le había hecho una "operación" a un pavo que había comido mas de la cuenta, y estaba a punto d asfixiarse, y todavía faltaban unos días para la matanza de los pavos, ella ni corta ni perezosa, cogió un cuchillo dijo que le sujetaran bien al pavo y que prepararan aguja e hilo, le rajo el buche le saco con la mano todo lo que el ansioso pavo se había zampado y lo cosió y el animalito se quedo en la gloria viviendo por unos cuantos días mas. Es curioso pues yo no recordaba esa historia hasta que ella me 
me la comento. 

 Un año, uno de los pavos, al echarle el agua hirviendo para desplumarlo, la pobre victima saltó como alma que lleva el diablo dando brincos de un lado para otro, poniendo todo perdido de sangre y de agua con el consiguiente alboroto todos, grandes y pequeños corriendo para atraparlo y no fue fácil, no.
 Lo que realmente era asombroso era el aprovechamiento que se hacía del pavo, del que sacaban como mínimo para cuatro comidas, todas ellas exquisitas.

Mi madre tenía la costumbre de poner para la cena de noche buena una gran olla de albóndigas que hacía con la pechuga del pavo tengo que decir que las albóndigas de mi madre eran las mejores del mundo y no exagero. Con los muslos del pavo hacia un guiso que le llamaban “pepitoria” llevaba mucha cebolla y ajos, clavo, azafrán enhebra, laurel, pimentón, y vino. El resultado delicioso. Con la sangre el cuello, el hígado, y algunos restos más del caparazón de la pechuga salía un arroz impresionante.

La Nochebuena, después de cenar significaba juntarnos todos en el comedor de mis padres por ser el más grande, y cada familia llevaba lo que buenamente podía, lo típico de esa época; aguardiente, coñac, roscos, pestiños, perrunas y algunas peladillas y pare usted de contar, ya no había más, pero nos sabían a gloria. Luego la fiesta, en un rinconcito del aparador me dejaba mi madre poner un pequeño belén de recortable, que yo adornaba con piedras y hierbas, y un trozo de papel de seda de color azul simulando el cielo, que por cierto un año me lo rompieron mis hermanos tirándole piedras, ellos siempre estaban haciendo diabluras, como decía mi madre, “no inventáis na bueno” lo que me costó un buen sofocón.
 Con zambombas, panderetas y carracas, y todos, grandes y chicos, a cantar villancicos. Mi primo Manolo, que tenía una gran voz y además había pertenecido al Real centro Filarmónico, nos enseñaba las canciones de Eduardo Lucena y nos dirigía a todos, como un director de orquesta, cabreándose cuando alguno desafinaba que era bastante a menudo por cierto, parece que lo estoy viendo con su potente voz cantando el villancico de Ramón Medina “Las campanas de la Mezquita”:

Campanas las de la torre
torre de la Catedral (bis).
¡Qué bien repicáis a Gloria!
¡Qué bien repicáis a Paz!
La noche de Noche Buena
noche de la Navidad (bis)
El patio de los naranjos
huele a incienso y a azahar (bis)
y hasta las doce palmeras
se van meciendo al compás
cuando repicáis a Gloria
cuando repicáis a Paz (bis)

Campanero dime,
dime campanero
dime por favor.
Cuál de tus doce campanas
dime campanero repica mejor (bis)
Será la San Zoilo,
será la de la Asunción
será la de San Antonio
Será la de la Ascensión

Será la que toca al alba
y también a la oración
será la Santa Marina
que es su campana mayor.
Será acaso el campanillo
que hay junto al San Rafael
que esta noche, pobrecillo
quiso repicar también (bis)

Y entre risas y cantos se pasaba la noche en gran armonía.

Eran navidades muy sencillas, donde se compartía lo poco que había, los mayores se olvidaban por unas horas de sus preocupaciones, y los niños disfrutábamos de lo lindo cantando y jugando.

 Podríamos decir sin temor a equivocarnos, que eran, las navidades de la escases, y austeridad, obligada.

lunes, 13 de diciembre de 2010

MADRES PATERAS

   

Esta mañana nos hemos despertado con una noticia que podríamos considerar como “anunciada”, pues cada vez más mujeres inmigrantes embarazadas, arriesgan su vida y las de sus hijos en un viaje casi suicida, muchas en un avanzado estado de gestación con el solo propósito de que si su hijo nace en España sea ciudadano español, cosa que según han comentado hoy es incierto en parte, pues sólo si el país de origen no los reconoce, el gobierno español les daría la nacionalidad española, luego muchos, vienen engañados.

Esta madrugada una patera con treinta y ocho ocupantes, diecinueve varones, trece mujeres, siete de ellas embarazadas, y seis niños de corta edad, en las cercanías de la isla de Alboran, una de ellas se pone de parto, las demás mujeres la ayudan, y da a luz a una niña. Afortunadamente, en ese preciso momento, llegan los miembros del Servicio Marítimo de la Guardia Civil, uno de ellos se hace cargo de la recién nacida a la que protege del frio poniéndola sobre su pecho y la abriga con su ropa, de esta manera la niña se salva de una muerte segura, pues tardaron dos horas en llegar a puerto, afortunadamente todo terminó bien.

Si nos imaginamos la situación en esos momentos, tuvo que ser horrorosa: la oscuridad, la estrechez, el frío, sin medios apropiados, los niños tan pequeños presentes, en suma una situación tremendamente angustiosa, y sin embargo, el ser humano como los animales, somos capaces de salir airosos de situaciones increíbles.

Rodeada de un inmenso mar, de unas condiciones infrahumanas, la naturaleza una vez más ha dicho la última palabra.  Una nueva vida, la han llamado Felicidad, ojalá su nombre sea un buen presagio.

Ya las llaman “Madres Pateras”, pero podríamos decir perfectamente “Mujeres  Desesperadas”.

NO EXISTE LA SANGRE REAL, TAMPOCO LA AZUL.

A estas alturas del siglo XXI, que se siga hablando de sangre azul o sangre real me parece realmente tan infantil y absurdo, que me causa hilaridad. Pero vamos a hacer un poco de historia, dejándome llevar por la curiosidad, como nos pasa siempre que queremos entender algo que a priori nos parece como poco, raro, le hice una visita a nuestro querido e indispensable “google”, que aunque no os lo creáis le estoy tomando cariño, quizás por lo mucho que me enseña, es como un maestro, sólo que virtual.

La expresión es de origen español y surge en la edad media, y como tantas otras cosas, del ingenio del pueblo, o “populacho” (como llamaban los nobles despectivamente al pueblo llano) la frase salió  principalmente de las gentes del campo.

Como los nobles no trabajaban en las tareas del campo, (bueno, ni en ninguna otra)  salían poco de sus castillos, y cuando lo hacían era en carruajes techados, y si paseaban lo hacían a pie, se resguardaban del sol, (seguramente no sabían que el sol tiene la virtud de reforzar la vitamina D tan necesaria para fijar el calcio en los huesos) al  estar poco en contacto con el sol o el aire puro, el color de su piel era excesivamente pálida y sus venas se transparentaban demasiado, dándoles un ligero toque de  color azulado. De ahí que los agricultores empezaran a nombrarlos con “sorna” como de “sangre azul “bromeando entre ellos, el titulillo iba pasando de boca en boca, convirtiéndose la broma en una frase popular que pasó a la historia, para bien o para mal.

Existe otra versión también válida que es la siguiente: a muchas personas de la nobleza se les ponía la piel y el cabello, con tonalidades azuladas. Al parecer la utilización de los cubiertos de plata, eran los culpables de este fenómeno, debido a las pequeñas partículas que dicho metal desprendía, las cuales producían una intoxicación en la sangre, que daba a la piel un extraño color azul mortecino, puede ser tan bien cierta, pero yo casi me inclino más por la primera.

 Hablando de personajes de la realeza o de sangre azul, no me puedo olvidar del famoso “Príncipe Azul”, era el prototipo de un varón perfecto, que tanto ha perjudicado a tantas y tantas jóvenes de distintas épocas. Decir “Príncipe Azul” significaba que, el hombre en cuestión, debía de ser, además de guapo, alto, delgado, moreno, o rubio de ojos azules, de carácter agradable, protector, y si además era rico, “lo más de lo más” pues se idealizaba al hombre como ser perfecto, dependiendo claro de la madurez emocional de cada joven.
 Como todos sabemos ni el hombre, ni la mujer, somos seres perfectos, y querer encontrar el “Príncipe Azul” o lo que es lo mismo al hombre perfecto, es como mínimo absurdo, pero claro dile tú eso, a una jovencita que está empezando a descubrir el despertar de su cuerpo, y piensa que la vida es un camino de rosas, y se engaña a si misma viéndolo todo del mismo color rosa. 

Por segunda vez consulte a mi buen amigo “google” el cual me informo de lo siguiente: Según el escritor don Severino Calleja, el personaje del príncipe azul, nace con este nombre en una leyenda rumana del siglo XIX llamada “El príncipe azul de la lágrima”, sin duda el escritor alude al color azul, por el carácter real del personaje, pues ya se conocía en esa época la famosa frase, que popularizara el pueblo llano en la Edad Media.

Más tarde fueron las películas del director Walt Disney las que nos idealizaron al personaje, en películas tan famosas como Blancanieves, Cenicienta, o la Bella Durmiente, en ellas el príncipe siempre era maravilloso, salvaba a la princesa y se casaba con ella. Todas acababan con un final feliz, faltaría más.

Después está la cruda realidad, “la vida”, a la que nadie nos prepara para saber cómo afrontarla, nos enseña ella misma, pues por muchos consejos que nos den, como decía mi madre “nadie escarmienta en cabeza ajena”, frase que siempre está vigente, porque la vida es una carrera de fondo, con sus épocas buenas y malas, con éxitos y con fracasos, con risas y con llantos, con tropiezos o equivocaciones que nos hacen más fuertes, y nos van inmunizando, en definitiva, la vida es la gran escuela de todos.

Dejando atrás al príncipe azul, y la sangre real, o azul, inexistentes, y aprovechando la mención a la sangre, se me ha venido a la cabeza algunas frases muy conocidas, que todos hemos dicho en algún momento y que usamos habitualmente referidas a la sangre, (a la normal).

Subirse la sangre a la cabeza. Sudar sangre. Sangre de horchata. A sangre fría. Chupar la sangre. Correr sangre. De sangre caliente. De sangre fría. Llevar en la sangre. Mala sangre. No llegar la sangre al rio. No tener sangre en las venas. Pura sangre. Quemar la sangre.

Estas son las más conocidas y usadas, todas siguen vigentes, pues las nombramos a menudo, y mientras que se nombren no morirán.

¡Ah! Me olvidaba, lo de la sangre azul, como ya hemos podido comprobar es “un cuento chino”.

domingo, 5 de diciembre de 2010

ESTOY PREPARADA


Os preguntareis ¿preparada para qué? Lo diré de la manera más clara posible,  para “pasar a mejor vida”. Esa frase hecha que todos conocemos y que yo personalmente no sé, de quién es, pues reconozco ser una gran ignorante, puede que sea anónima o más que probable que saliera de la boca de Jesús, o de Ala, o de Buda, vete tú a saber, ya que todas las religiones tienen la misma base con distintos nombres y rituales. No conozco la trayectoria de las demás religiones, aunque supongo que en todas partes cuecen habas, pero la de la Iglesia Católica, a lo largo de la historia, no tiene nada que ver pero nada de nada con los principios básicos que dicen que predicó Jesucristo, de caridad, justicia, comprensión, austeridad, y sobre todo perdón.

Creo que en todas hay un gran porcentaje de fanatismo. Sólo hay que repasar la historia para saber las barbaridades que se han cometido en el nombre de “Dios”, y el atesoramiento desorbitado y vergonzoso de la Iglesia Católica con el paso de los años. Yo que no entiendo de grandes finanzas, estoy completamente segura, que con una mínima parte de las riquezas del Vaticano se podría acabar con el hambre en el mundo, pero claro, eso sería restar dividendos al gran negocio, hecho a costa de la necesidad que tenemos los humanos, de creer que alguien nos puede solucionar los problemas, o curar nuestras enfermedades, o la de nuestros seres más queridos.

Creo que fue Antonio Gala quién dijo “que hablaba con Dios sin intermediarios”. Esta sería una buena solución para no incrementar sus arcas, y otra mucho más efectiva sería que, tuviéramos unos gobernantes valientes y que de una vez por todas les retiraran todos los privilegios, que son muchos, y con los dineros que año tras año no se recaudan, se podrían cubrir muchas necesidades sociales.

En fin, que me indigno, y como no es ese el tema, de este pequeño relato, y ni tan siquiera me había planteado mencionar a la Iglesia, pero es bien cierto que cuando te pones a escribir algo, siempre surgen cosas que en principio no tenías en mente, pero surgen y ahí se quedan. Trataré de no volver  a desviarme del tema.

Es algo que tenía en mente hacer desde que en el 2003, se aprobó el Decreto Ley que regula la Declaración de Voluntad Vital anticipada en Andalucía. Cuando salió a la luz la noticia, en todos los medios, me dije a mi misma que tenía que hacerlo, pero como tantas veces, con otras tantas cosas que dejamos pasar casi siempre por desidia, pero que estamos firmemente convencidos de querer hacerlas.

Cuando el dramático caso de “Eluana”, la chica italiana que llevaba diecisiete años en estado vegetativo, deteriorándose su cuerpo de una manera antinatural e inhumana, y que todos hemos podido leer y escuchar en todo tipo de medios de comunicación,  las numerosas polémicas a favor y en contra de la eutanasia. Como podéis imaginar a raíz de lo que llevo escrito estoy totalmente a favor, lo cual no me impide ser respetuosa con los que no lo están, a los que de ninguna manera les incitaría a cambiar de opinión, pero el mismo respeto y tolerancia exijo para mí y para todas las personas que deseamos tener “una muerte digna”, frase que dicen no entender los que están en contra, y es curioso porque yo, desde muy joven, casi niña aún, y sin que nadie me explicara nada al respecto lo he tenido bastante claro.

Confío plenamente en la ciencia; soy partidaria de la investigación con células madre; y de todo lo que signifique avances para dar mejor calidad de vida a las personas, pero cuando por desgracia, esta misma ciencia ya no pueda hacer nada por la persona, que está clínicamente muerta, la dejen descansar en paz para siempre y no la mantengan con ningún tipo de artilugios, por muy modernos que estos sean. Para mí eso sería lo lógico, lo humano y lo más natural, y por qué no lo más cristiano.

Creo firmemente que nadie tiene derecho a decidir por mí, y no se lo permito ni a mi familia, y para que no haya ningún tipo de duda he querido hacerlo oficial, ya que la ley me lo permite y siempre lo he  tenido claro, el caso de Eluana sólo contribuyó a no demorarlo por más tiempo.

El día que firme los documentos me sentí realmente bien, como si me hubiera quitado un gran peso de encima, estaba satisfecha y muy segura de haber dejado muy claro mi voluntad, también la que de que llegado el momento del final de mi paso por la vida, sean utilizados todos mis órganos vitales, que lógicamente sean aprovechables, para dar la oportunidad a otras personas de tener mejor calidad de vida y también para la investigación. EL simple hecho de dejarlo por escrito, firmado y con testigos, me reconfortó enormemente. Una semana más tarde también lo hizo mi marido, y se lo comunicamos a nuestros hijos que respetaron nuestra decisión, ya que los hemos educado en el respeto y la tolerancia.

Afortunadamente gozo de buena salud, con los achaques propios de la edad, y no les quepa la menor duda de que no tengo ninguna prisa por dejar este mundo, pero cuando llegue el momento estaré preparada.

Pero tampoco penséis que soy una mujer valiente o quizá una inconsciente, ninguna de las dos cosas, tan solo es, que a lo largo de los muchos años ya vividos, he tenido tiempo de ir asimilándolo, no ha sido fácil, he tenido que luchar sola tratando de razonar, primero que es ley de vida, que nacemos y morimos, y no sabemos ni cuándo ni cómo, y sí aceptas que eso no está en nuestras manos poder cambiarlo, y que es absurdo vivir asustados y sentir el lógico miedo a lo desconocido, sólo entonces dejas de pensar en ello y te dedicas a vivir la vida lo mejor posible.

Lo que si me gustaría es saberlo con un mínimo de tiempo, para poder transmitir a los míos la aceptación de un hecho tan natural con paz y serenidad.

Rogarles por favor que sean felices, que intenten recordar sólo lo bueno que les pase en la vida, de lo malo y los errores lo justo para no volver a cometerlos, que afronten la vida con valentía y sobre todo con optimismo.

Y por último, que mis cenizas las esparzan en algún lugar solitario y bonito de nuestra sierra cordobesa.


Quiero poner este escrito en mi blog, por si a alguien de los que puedan leerlo, le pudiera  servir de orientación, no para convencerlos de nada, esto es muy personal, e intransferible.