miércoles, 14 de septiembre de 2011

EDUCACIÓN, POR FAVOR ¡RECORTES NO!


Mucho se está hablando de los recortes en educación, gracias a las políticas de austeridad de los señores del PP, y no es que yo esté en desacuerdo con la austeridad no, no es eso, pero considero que dicha austeridad, tiene que hacerse en cientos de cosas superfluas en las que se malgasta el dinero público en todos los ayuntamientos, del signo que sean, me da igual, en todos hay gastos innecesarios, fáciles de suprimir, solo es cuestión de saber actuar con raciocinio y aplicar algo tan simple como son las prioridades, y la educación, junto con la sanidad es una prioridad ineludible, e insustituible.

Hay muchos gastos que se pueden suprimir sin perjuicio para nadie, porque en nada repercuten en la sociedad, simplemente es dinero tirado. Subvenciones absurdas, y no me refiero a las ayudas a los servicios sociales que esas deben ser intocables; viajes costosos, que no repercuten en ningún beneficio para la ciudades, a los que van toda una “delegación” de bastantes personas que no sirven para nada, viajando en clase preferente y parando en hoteles de lujo, todo a costa del erario público; asesores a mansalva, innecesarios, etc. etc. etc… Podríamos llenar folios enteros dedicados al despilfarro en los Ayuntamientos y Comunidades, pero el tema principal es nada más y nada menos que la “Educación”.

La educación pública en este país, aun siendo buena, es fácilmente mejorable, hay que conseguir que las clases no estén masificadas, cosa que aun no se ha conseguido. Con los citados  recortes solo se conseguirá perjudicar aun más a los alumnos, sobre todo a los que más lo necesitan.  Los maestros no son dioses y no se pueden multiplicar, en una clase masiva muchos niños se quedaran sin la debida atención, por falta de tiempo para atenderlos a todos, esa es la realidad. Hacen falta sumar más maestros, no restar.

Los maestros son y han sido siempre personas con vocación, comprometidas con su trabajo, y sufren con los niños que más  les cuesta seguir las enseñanzas. Los docentes, al igual que  los padres,  tienen el sagrado deber de transmitir honestidad y responsabilidad. Es tarea ardua la enseñanza y requiere de tiempo, no es necesario ser de la profesión  para saber cuán difícil es que los niños atiendan cuando algo se les explica, todos lo hemos comprobado con nuestros hijos, y no todos son iguales, cada niño es distinto, ni mejor ni peor, distintos. Una clase de más de veinte niños es difícil de atender en condiciones óptimas.

La labor del maestro, o maestra, como a mí me gusta llamarlos, es tan importante que queda en la mente de todos. ¿Quién no recuerda con cariño algún maestro? en mi caso maestras, tuve varias y cada una marcó alguna faceta de mi personalidad, los docentes son maestros del modelaje, con sus palabras moldean la limpia mente de los alumnos, la forman en los valores para  hacerlos personas de bien. Las personas que han tenido unos padres preocupados por su educación y unos buenos maestros, difícilmente se apartaran del camino correcto.

Recuerdo la entrañable película, “La Lengua de las Mariposas” dirigida por José Luis Cuerda, basada en  los textos del libro de cuentos del autor Manuel Rivas titulado; ¿Qué me quieres, amor? Interpretada magistralmente por el gran Fernando Fernán Gómez en el papel del maestro republicano. Esa película dejo huella en mí, la entrega del sencillo maestro de pueblo es enternecedora, su forma de enseñar y de abrirle los ojos a los niños respecto a la libertad de saber pensar por ellos mismos, era ejemplar, todos los padres estaban orgullosos del maestro.  Pero la respuesta final de la gente del pueblo fue una terrible realidad, un claro ejemplo de lo que se puede conseguir cuando la gente está atemorizada. Los paisajes y el colorido impresionantemente bellos, pero el final es durísimo.

Mi opinión al respecto es la siguiente; El Estado tiene obligación de suministrar una educación de calidad y gratuita para todos los ciudadanos. De ninguna manera tiene porque sufragar o subvencionar a la privada, no me vale que los afectados digan que ellos pagan sus impuestos igual que todos. Pues no señores, todos  tenemos la educación de nuestros hijos garantizada por el Estado, todos, ricos y pobres, ahora bien, los que quieran una educación de élite para sus hijos se la tendrán que costear ellos, los demás ciudadanos no tenemos que favorecerle con nuestros impuestos, entre otras cosas porque generalmente son gentes que se lo pueden permitir. El estado no favorecería a nadie en particular, todos seriamos iguales. Creo que eso sería lo justo y necesario.

Como siempre vuelvo a repetir que no estoy en posesión de la verdad, es solo mi opinión que creo es tan respetable como la de cualquiera.

viernes, 2 de septiembre de 2011

ERASE UNA VEZ UN PAÍS QUE "DESCAFEINÓ" SU DEMOCRACIA



España, un país que había resurgido, después de una terrible guerra “incivil”, y una férrea dictadura, en la que las libertades habían sido truncadas de raíz. Con la democracia el país se modernizó y se puso a nivel de algunos de los países europeos.

Después de unos años de prosperidad, este país que de pronto, -bueno lo de pronto es un decir- pues bien, el caso es que se ha visto inmerso en una crisis mundial. Está claro que no ha sido cosa de un día para otro, no, aunque los grandes “talentos” no se dieran cuenta, o no se la quisieran dar, -que esa es otra- la crisis que empezó a fraguarse muchos años atrás en tiempos de “vacas gordas” cuando la sociedad de consumo se disparó sin ningún control por parte de los gobiernos habidos de distinto color.

Tanto los que podían, como los que no, nadie se paraba a pensar que todo se estaba sacando de contexto. Cada cual abarcaba mucho más de lo permitido por coherencia. Los que tenían mucho, querían mucho más. Los que tenían poco o nada, querían tener. Y ahí estaban los bancos con los brazos abiertos, como una gran ballena con la boca abierta para tragarse a los incautos e indefensos pececillos. Si pedían diez, ellos aconsejaban veinte. A los que pedían treinta, ellos le  hacían ver que con cuarenta, se podrían comprar también los muebles, incluso el coche. Las inmobiliarias proliferaban en todos los barrios, incluso había varias en cada calle, tantas como  flores en un jardín. Los constructores tenían ganancias desorbitadas, se hacían ricos de la noche a la mañana. Los bancos ni te cuento, -bueno los bancos siempre ganan, o lo que es lo mismo, nunca pierden- y en tiempos de crisis mucho más, porque la gente no se atreve a gastar y ahorra más. Y así sucesivamente, nadie, o muy pocos, pensaban que llegaría el día, en el que todo ese ficticio bienestar, basado en tener más, y mejor, se acabaría,  dejando a muchos en situaciones lamentables, o como vulgarmente se dice “con el culo al aire”,  fueron muchos los que se dejaron embaucar por los bancos que le hacían ver cuán fácil era, tener cosas casi imposibles años atrás, pobres, cayeron en la trampa -Pero también son culpables-.

Hay una máxima que es elemental, y que a mí me enseño mi madre, y es que nunca  se puede vivir por encima de nuestras posibilidades. Es tan básica, que cualquier sencilla ama de casa como yo, lo sabe, no hace falta estudiar en salamanca.

Pues bien, los gobernantes se vieron obligados -según ellos-, a recortar gastos, y claro, donde lo tenían más fácil, en los funcionarios, ¡pero ojo! Que no todos los funcionarios tenían buenos sueldos ¡no!, había muchos “mileuristas” y muchos que ganaban menos todavía, luego era un despropósito recortar lo mismo a todos. Como es un despropósito ayudar con subvenciones a todos por igual, cuando lo normal es ayudar al que  verdaderamente lo necesita. No quedando ahí la cosa, en el límite del despropósito, el gobierno rescató a los bancos, con dinero público, recortándolo de otras áreas más necesitadas, sin que les temblara el pulso, ¡o si! -pero lo hicieron-. Cuando hubiera sido más fácil, crear una banca pública y ayudar a los pequeños empresarios que han sido los más perjudicados.  Los bancos que antes te incitaban, ahora niegan el agua y la sal, a los que lo necesitan.

Mientras, a las grandes fortunas, ni tan siquiera rozarlas. La Iglesia, conservando todos los privilegios de siglos, a pesar de ser España un país aconfesional no “laico” como debería, y tener aprobada por ley la “Autofinanciación” de la iglesia católica, ley, que no se ha cumplido nunca. ¡No sé por qué! Yo tan ingenua siempre he creído que las leyes que se aprobaban en el parlamento se cumplían a rajatabla. ¡Pues no!

No voy a engañar a nadie, nunca lo hago. Yo no entiendo de finanzas (las mías siempre han sido lograr llegar a final de mes, y en el mejor de los casos, ahorrar una pequeña cantidad para alguna emergencia). Tampoco de inflaciones, ni de “primas de riesgo”, (las únicas primas que conozco son las mías, las carnales).  Ni comprendo muy bien lo del PIB (producto interior bruto), ni el IPC (índice de precios al consumo), etc. Y no hablemos de la Bolsa, esa ya me parece una verdadera locura, para mí es como “La torre de Babel”. Sinceramente envidio las mentes, que se mueven como pez en el agua dentro de ese maremágnum de números, de órdenes y contra órdenes, de subidas y bajadas a ritmo de vértigo. –Entre nosotros, yo creo que se dopan, para poder soportar ese trasiego ¡que no!-

Estando el país sumido en esa espiral de despropósitos, los ciudadanos, con el ánimo y el miedo por los suelos, estamos, lo que se llama familiarmente”acojonaos”.  Familias enteras en paro. Desahucios a mansalva, -que esa es otra- para colmo de sus males siguen debiendo sus casa sin tenerlas, es de locos, ¡o no! por si todo esto fuera poco, varias visitas costosas del papa, (que tendría  que estar en el cuerno de África repartiendo alimentos, y no agravando más la economía del país). Cientos de pequeñas empresas cerradas por falta de créditos de los “bancos”.  Recortes sociales a “tutiplén”. Miles de españoles desencantados de un gobierno en el  que muchos habían depositado sus esperanzas. Ciertamente, que algunas cosas hicieron bien, pero de todos es sabido que lo bueno se olvida pronto, y en los dos últimos años las buenas intenciones, y los buenos propósitos se fueron al garete, como se fueron las miles de ilusiones de los ciudadanos. Con cada decisión que el gobierno ha tomado, ha ido empeorando la situación del país como si de un caballo desbocado se tratara sin que ningún jinete haya sido capaz de frenarlo.

Lo último; cambiar un punto, o un articulo, de la constitución, de prisa y corriendo, -siguen mandando las imposiciones externas-. Y lo malo es, creo yo, que están abriendo precedente, de seguir así pronto serán los mercado los que dirijan los países. Que tonta soy, si ya lo están haciendo.

Y no digo yo que no haya habido voluntad de hacer las cosas bien, no,  faltaría más, simplemente no han sabido hacerlo. Y es verdad que tiene que ser difícil, no digo yo que no, (porque los toros se ven muy bonitos desde la barrera) eso es cierto, pero demasiadas veces se han dejado llevar por imposiciones externas, sin estudiar si merecía la pena lavar los trapos sucios en casa, y buscar la solución dentro sin intermediarios lejanos. Porque al final, como siempre, los intermediarios son los que sacan más “tajada”, ¡o no es así!

Es una verdadera pena que todos los partidos de izquierdas, no sepan unirse, juntos no ganaría nunca la derecha, una derecha que ha sido y es más intolerante que la de hace unos años, o por lo menos así la veo yo. Una derecha que se ha encontrado el camino abonado como nunca, y sin mover un solo dedo, sin explicar su programa al día de hoy  solo “mutis”:
—Señores un poquito de seriedad, abran de una vez  la boca, quedan pocos días, y no habéis “currado” nada, pero nada de nada. Durante los últimos años sólo os hemos escuchado pedir elecciones anticipadas, pero ni una sola propuesta, señores que no, que las cosas no se hacen  así. Vuestra victoria va a ser “Un regalo”  caído del cielo, aunque conociéndoos diréis que ha sido “milagro divino” pero lo cierto  es  que vais a recibir un regalo, sin merecéroslo.

Señores la Constitución es de todos los españoles, y si hay que cambiarla, se cambia, pero  entre todos, democráticamente, por mayoría, y no solo un artículo, se pueden cambiar los que hagan falta, porque con el tiempo todo cambia y se queda obsoleto, pero eso es tarea ardua y requiere de mucho tiempo para estudiarlo en profundidad, pero entre todos, por favor.

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Esto es solo mi opinión, nadie tiene por que compartirla, entre otras cosas porque no soy una entendida en nada, ya lo digo siempre, solo escribo  lo que pienso, con todas mis lagunas que son muchas. Como decía Sócrates —aunque otros dicen que fue Descartes—  “SOLO SE QUE NO SE NADA”. Y por no llevarles la contraria, yo también lo digo.