La que fue “la loba”. La que “en una esquina cualquiera con
sus ojos se encontró”. La que vendió las coplas como nadie. La que, bajo un
limón limonero se encontró con su suerte”. “La que fue esclava de su amor”. “La
que las sienes se le pusieron moraitas de martirio, “la Lirio”. La que un trece
de mayo se encontró con su querer. La que tenía “miedo, mucho miedo” de
quererle y de perderle La que las malas lenguas la llamaban “loca”. La que vivió
“en la encrucijada” de otro nuevo amor. La que vendió su sombra y la dio casi
regala. La desgraciaita “María de la O”, arrepentida de haberse dejao llevar
por el oropel por el que dejo a al hombre que fue su querer. La que con su cariño
labro una “torre de arena”. “La que compro tres puñales para que le dieran
muerte”. “La Trinia”. “La rosa de capuchinos”. La que canto a “la luna y el
toro”. La Maricruz, “Ay Maricruz” maravilla de mujer, del barrio de Santa Cruz…
La que renegó de su sino y pidió perdón a dios” ect…
María Felisa Martínez nació en Burguillos un 13 de
septiembre, de 1936, y se fue el 12 de febrero de este año que estamos
viviendo. La niña se crió en el populoso barrio de Triana. A los 9 años perdió
a su padre, a los doce deja el colegio y la familia se traslada a Madrid, allí
comenzó su periplo cuando aún era una niña, frecuentando la academia de canto
del maestro Alcántara. Debuta con tan solo 13 años en Radio Nacional de España,
y a los pocos días consigue el carnet de artista, (cosa curiosa pues solo se daba a los 16 creo, está claro que hubo marote
con los datos de los años) ya que el mismo día le sale su primer contrato,
curioso no, o como poco sospechoso. Se da a conocer como Marife de Triana,
después todo fueron éxitos, no solo por su magnífica voz también por su gran
profesionalidad y principalmente por su manera de interpretar la copla, lo que
le valió el sobrenombre de “la actriz de
la copla”
Escuchando en los medios de comunicación la noticia y hablar
de su historia, recordé las primeras veces que la oí cantar por la radio. Pronto
se hizo tan popular como la Piquer en sus mejores tiempos, las niñas la
parodiábamos gritando más que cantando. Realmente fue un boom. Todas sus coplas
eran imitadas y admiradas por todos los aficionados a las coplas, entre los que
me encuentro, yo misma repetía las letras a voz en grito mientras ayudaba a mi madre
en las tareas de la casa, cosa que hice desde bien pequeña a causa de la mala
salud de ella, y de ser la única hembra, ya sabemos todos del machismo de la época
en cuestiones de tareas en el hogar. Mi memoria se activó y retrocedió a un
pasado ya muy lejano, y me vi a mi misma cruzando los patios de mi casa
cantando a toda potencia con la energía, la alegría y la inocencia que dan los
pocos años. Alguna que otra vez desde la azotea de la casa de al lado algún,
que otro vecino me gritaba a su vez ¡olé! Entonces yo me callaba y me escondía
rápidamente en la habitación más próxima un poco avergonzada. Al parecer no lo
hacía del todo mal.
En otra ocasión ya escribí un articulo hablando de las
coplas y del machismo trasnochado de sus letras, y que eran todo un folletín, a
pesar de todo hay que reconocer el merito que tienen algunas letras al contar
toda una historia en cuatro o cinco estrofas. Si a eso le añadimos la magnífica
labor que hicieron algunos compositores y músicos y la voz extraordinaria de
artistas como la que nos ocupa, el resultado era y es espectacular. La copla
tiene como todo en esta vida, sus seguidores y sus detractores, yo desde luego estoy
entre los primeros.
Afortunadamente van saliendo voces nuevas y nuevas coplas o
adaptaciones que les dan modernidad a las antiguas con las que se consigue un
gran trabajo, adaptándolas a los nuevos tiempos. Tenemos el ejemplo de Pasión
Vega, Miguel Poveda, Diana Navarro o Concha Buika. Todos ellos han modernizado la
copla llevándola a su terreno, con gran éxito.
María Felisa Martínez “Marife de Triana” siempre fue una
mujer muy educada, trabajadora, y formal. Dejo nada más y nada menos que la
friolera de 540 coplas nuevas. Demostró su inteligencia y su saber estar muchas
veces, y supo retirarse a tiempo, como su antecesora Doña Concha “La Piquer”.
Después fueron surgiendo otras divas de la copla, como Rocío Jurado “La más
Grande” o la “Pantoja” entre otras
muchas.
Desde este humilde blog mi admiración y respeto por todos
los artistas que saben llegar con su sensibilidad al corazón de la gente. Con
su arte alegran la vida de muchos, ellos, los buenos artistas, tienen la suerte
de permanecer en el recuerdo de miles de personas que en algún momento de sus
vidas y de una u otra forma entrelazaron sus vivencias con ellos, quedando para
siempre entre sus recuerdos.
2 comentarios:
Era la historia de un pais, donde las pasiones mataban en las melodias y hacìan que los sentimientos se avivaran con sus letras. Nos guste o no nos guste, la copla foma parte de nuestras historia. Enhorabuena por esta publicaciòn.
un abrazo
Paco
Que duda cabe que las coplas formaron parte de una época, y que a muchos nos marcaron al formar parte de la cotidianidad del día a día,a mi particularmente me siguen gustando. y están saliendo chicos y chicas que tienen unas voces increíbles, en fin que parece que a resucitado, solo espero que las nuevas letras no sean tan machistas, jajjajaa.
Un abrazo.
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