La vida siempre nos sorprende, a
veces para bien, otras para mal, aunque quizás sean estas últimas las más
normales que nos pasen. O quizás no sea del todo cierto, creo que soy injusta,
al pensarlo, ya que todos los días nos pasan cosas buenas y maravillosas, el
problema es nuestro, que no sabemos o no queremos apreciarlo. El simple hecho
de estar vivos, ya es un regalo. Y que los nuestros también lo estén es aún
mejor. De sobra sabemos que venimos al mundo, y que también lo tenemos que
dejar, y que por muy mal que a veces nos vayan las cosas, no queremos dejarlo.
Cuando tenemos el regalazo de tener una buena salud, no sabemos apreciarla,
somos así de desagradecidos con la vida.
El día 11 de marzo, cumplo los 72
años, nunca he tenido enfermedades graves ni nada digno de mencionar, salvo las
incomodas contracturas, que eso sí, son muy dolorosas, pero que afortunadamente
pasan. Por lo tanto, creo que no tengo derecho a quejarme, simplemente ahora me
ha tocado a mí algo grave, esta vez sí. El temido CÁNCER del demonio, tengo
cáncer de mama y un ganglio afectado.
Ya me han hecho todas las pruebas
habidas y por haber, que no voy a relatar, para no cansar, y porque cualquiera
sabe de sobra del tema.
Te crees valiente hasta que te
toca, un mundo nuevo de miedo e incertidumbres te invade la mente, el miedo a
lo desconocido, se apodera de ti, te invade la pena, y lloras y lloras para
desahogarte, no quería hablar con nadie, a todos les dije que no me llamaran,
que yo les iría informando por mensajes, eso sí, casi siempre lloraba a solas
por no amargar a nadie, aun así, a veces no puedes evitarlo.
Ayer día 10 de marzo, teníamos la
cita con mi oncóloga, Cristina una joven doctora, tenía que darnos el resultado
de las dos últimas pruebas que eran para saber si en algún sitio de mi cuerpo
podría haber algún otro tumor. Cosa al parecer muy común. Nos dio la primera
noticia buena, dentro de todo lo malo claro, estaba todo limpio. Con que alivio
nos miramos Paco y yo, porque llevábamos el miedo en el cuerpo pensando que
podía aun ser peor. Nos explicó que las sesiones de quimio serian cada tres
semanas, en el mismo día analítica, cita con ella y posterior sesión de quimio,
comenzando por esa misma tarde. A las 18,00h. estábamos allí, como un clavo, y
enseguida comenzó el tratamiento, fue bastante bien, no sentí nada, y todo el
personal, con una profesionalidad y
amabilidad impecable. Tenemos un sistema de salud pública que es una maravilla
y unos profesionales inmejorables, la pena es que “gracias” a la gestión de los
gobiernos autonómicos que desmantelaron una buena parte del sistema, tanto en
personal como en medios, para cedérselo a la “privada”. Hay escasez de muchas
cosas imprescindibles. El personal trabaja por encima de sus posibilidades, eso
se ve cuando estás dentro, si no fuera por la humanidad y el esfuerzo que hacen
los trabajadores multiplicándose, esto sería un caos.
Gracias mil a tod@s ellos
Gracias a toda mi familia,
especialmente a mi marido a mi Paco que por lógica al estar juntos a él le toca
la máxima ayuda, estoy contenta y concienciada, que no es poco, y contar tanto
con mi familia, como mis amig@s es un gran alivio. Gracias a tod@s
Algo tan grave como importante en
mi vida no podía dejar de publicarlo en mi blog, ya que es mi casa y mi
confesionario.
Espero poder salir con bien de
esto, para seguir cumpliendo años y ver crecer a mis nietos, que es uno de mis
máximos deseos.
2 comentarios:
Mucho ánimo compañera todo no va a ser malo y saldremos de ésta como campeonas. Las mujeres podemos con todo
Pues aquí me tienes jartandome llorar mientras te leía, pero de emoción y de alegría por haberte conocido, por estar tan en sintonía desde que supimos que existíamos a través de este medio. En fin, que te curarás y que te esperamos con los brazos abiertos para seguir dando caña. Ahora te comentaré en Feisbu y compartiré tu post para que seas referente de saber estar a más personas. Paco tiene mi teléfono,llámame si te apeteciera. Creo q lo tiene del día 1 de diciembre que sé que anduvísteis mirándo a ver si me veíais junto a a Harazem y yo andaba perdida por la cabecera de la mani, guacha de lo q llovía y coja, como para andar buscándonos. Fue en la mani del 8M q nuestro amigo Santos Garay me dijo que te encontrabas en ese trance que nos describes, no lo sabía. A recuperarse! mucha fuerza amiga! Un abrazo Conchi!
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