miércoles, 1 de febrero de 2012

UN GENOCIDIO QUE NO PAGÓ NADIE, Y UN PAIS QUE NIEGA A LAS FAMILIAS ENTERRAR A SUS MUERTOS.


Hoy todos hemos podido ver en las noticias sobre el “paranoico” juicio al juez Garzón, un video de las declaraciones de una señora llamada María Martín, de un pueblo de Avila. Caminando muy despacio, ayudada por un andador, delgada, ropas totalmente negras y pelo blanco, seria, pero serena, con la serenidad que da el paso del tiempo. Con sus certeras palabras iba describiendo los hechos de la muerte de su madre que acontecieron cuando ella tenía solo seis años, con palabras sencillas iba  diciendo el sitio exacto donde estaba enterrada. Escuchada por todos con respeto y un silencio sepulcral, creo que ha sido tan significativo que sobraban las palabras.

Yo por mi parte he dejado correr las lágrimas que salían libremente de mis ojos, me he puesto en el lugar de esa niña de seis años y de tantas que perdieron a sus madres o padres, y en muchos casos a ambos. Madres que vieron salir de sus casas a sus jóvenes hijos y que nunca volvieron. Hombres y mujeres jóvenes, que no eran delincuentes ni asesinos, solo defendían la legalidad de la República que había sido elegida por el pueblo. Pero claro también defendían la libertad, tenían la sana costumbre de pensar por sí solos, algo que es difícil de asumir para según qué gente.  Es demencial.

En diciembre de 2.000 se crea la asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, cuyas siglas son ARMH, esta asociación se afianza con la entrada en vigor de la Ley de Memoria Histórica aprobada en octubre de 2.007. Gracias a esta asociación y años después a esta  la ley, se han ido recuperando muchos cuerpos pero aun hay miles de personas que fueron vilmente tirados, en los caminos cunetas y fosas comunes, como perros sin dueño, como seres que no hubiesen existido nunca.

Todavía hay cientos de familias  que quieren recuperar a los suyos, (no piden venganza, que podrían, ya que nadie ha pagado por esos genocidios) pero no, solo quieren, enterrar a sus muertos.  ¿Qué cosa, no?  ¡Pues todavía hay gente que no lo entiende!

Estos días estamos asistiendo a un juicio demencial, donde se juzga al “juzgador” al que hace justicia, porque unos energúmenos de ultraderecha a los que la ley les ha permitido formar un sindicato, que para más “inri” se llama “manos limpias”, lo ha denunciado (el mundo al revés) ¡Qué país! con razón dicen que España es diferente, y tanto que lo es, en otros países ya se ha hecho justicia por casos como estos. Aquí está costando sangre sudor y lagrimas. Porque pese a que estamos en el año 2.0012, sigue habiendo mucha intolerancia. Sigue teniendo la Iglesia mucho poder, una Iglesia que se puso del lado de los golpistas, e incluso presenciaban los fusilamientos, (muy cristiano por su parte). Sigue habiendo mucha gente que todavía no creen en una democracia participativa, y justa. Sigue habiendo dos varas de medir para algunos jueces, que no son imparciales. Siguen pagando los más débiles los errores de los gobiernos y los poderosos. Etc.etc…

Estamos asistiendo al desmembramiento del llamado Estado del Bienestar, al regreso a las luchas de los trabajadores, porque todo lo conseguido con tanto esfuerzo se está perdiendo a pasos agigantados. Y todo por culpa de la ambición y falta de escrúpulos, de una clase de personas mal nacidas, y sin eso que se llama “conciencia”.

Desde estas líneas mucho ánimo a la asociación ARMH para seguir adelante, con tan ardua tarea. 

4 comentarios:

Paco Muñoz dijo...

Pues a pesar de todo el tocar esos temas son lo que ha significado que la ultraderecha se sienta ofendida. Es una verdadera pena que la justicia, con minúsculas en este país, permita que unos individuos a los que se les debería aplicar esa ley con la que no estoy de acuerdo de Partidos, pero claro como la ley se hizo exclusivamente para el pueblo vasco... y exigirles que renuncien a lo que defienden ante la más alta magistratura del Estado. Eso no hay por donde meterle mano. O que se use la justicia -siendo magnánimo e inocente- para atacar a un colega por envidia u otras cuestiones personales, lo que sería igual de esperpento. Pero que podemos esperar cuando un ministro de educación lee un texto de un trabajo ajeno al de la Educación para la Ciudadanía, para sustentar la modificación de la asignatura. El ridículo más espantoso y la vergüenza ajena de que el servicio a la sotana impere en estos seudoservidores de la púrpura. Como dice Forges ¡País!

Conchi Carnago dijo...

Que quieres que te diga Paco, que llevas toda la razón,ya sales que estamos de acuerdo en estas cuestiones. Lo del ministro ha sido bochornoso, como muchas de las perlas que van soltando cada día, y que consiguen indignarnos un día si otro también.

José Manuel Fuerte dijo...

España, camisa blanca de mi esperanza...Siempre la esperanza, es lo que a este país le queda; ni dignidad, ni justicia, ni razón.

Un juez juzgado por hacer justicia. ¿Quién se apunta? ¿Quién se anota el tanto? ¿Quién se atreverá ahora a sacar las raíces del tiesto?

Poca cosa para tan grande drama. Hoy, quien lleva medio siglo llorando a sus muertos, sigue tan olvidado como aquel abril del 39. Durante décadas tuvieron que tragar nueces enteras, y hoy, quien se atrevió a romper la cáscara, lo ponen en el patíbulo por caridad.

Yo me voy a Finlandia.

Conchi Carnago dijo...

No te vallas José Manuel tenemos que resistir, jajaja, me rió por no llorar pero es que estas cosas me indignan, ademas son tan incongruentes que una piensa ¿el mundo esta loco? yo por lo menos lo hago a menudo, cuanta sin razón, cuanto despropósito, estamos retrocediendo a pasos agigantados, me da miedo por nuestros hijos y nietos.
No me hagas caso, tenemos que ser positivos, aunque cuesta, la verdad es que cuesta.

Saludos.