martes, 22 de julio de 2014

A LOS NIÑOS DEL GENOCIDIO


Pequeños ángeles que vinisteis al mundo  marcados como carne de cañón. Qué delito habéis cometido para ser el sacrificio en la barbarie.
Nacisteis en el sitio equivocado. Del amor de unos padres condenados.
No os dejaron ser niños, no conocisteis una vida en paz.
Lo peor es que vuestra muerte no servirá de nada, a pesar de encogernos el corazón cuando vemos vuestros cuerpos mutilados.
Mientras una parte del mundo sufre de impotencia, otra se frota las manos.
Siempre desde que el mundo es mundo las malditas guerras han sido por intereses de unos pocos. 
Hubo un tiempo que hasta la llamaron “Santa “cuando fue una de las más crueles, aun que todas lo sean.
Ni siquiera os nombraran por vuestros nombres, solo seréis “daños colaterales”.
Dejasteis este mundo entre el horror y el estruendo, la suciedad y los escombros, otros mueren entre sabanas blancas, acompañados  de cariño y de palabras de consuelo.
Hasta para morir hay clases.
Os cortaron las alas antes de aprender a volar. Nadie pudo abrazaros ni daros unas caricias antes de espirar, no, no hubo tiempo.
No conocisteis una vida en paz. Qué ironía, la muerte es más solidaria, ella os la dará.
Aunque muchos ojos en todo el mundo os hemos llorado, no tendréis flores blancas sobre la tumba.


4 comentarios:

PATXI GUERRIKABEITIA dijo...

Buenas tardes, Conchi. Muy bonito y acertado lo que has escrito. Esto me ha hecho recordar la letra de una canción de u compositor argentino que decía: Qué tristeza tiene el vientre de tu madre, que ha parido la miseria que hay en ti. Hoy tu grito solo escuchan las montañas y eres copla en mi garganta, nada más. Hoy tu carne machacada por los gringos con tu pena de hombre pobre crees en mí. Te han robado las entrañas de tu tierra otras panzas que se engordan con tu pan. Hoy te he visto caminando en las montañas con los ojos tan cansados de llorar. Tengo miedo, mucho miedo, a tu mirada, y a ese brillo de tu lanza montaraz. Piel de cobre bien curtida y milenaria por los siglos de pobreza y nada más. Con mi canto guerrillero de esperanza voy buscando que tus hijos tengan pan....
También he recordado la contestación de Golda Mair a un periodista que le preguntó:
“¿Cuándo va a acabar el conflicto con los palestinos?” Ella respondió: “cuando los palestinos quieran a sus hijos tanto como nosotros a los nuestros”
Cuando yo era un niño escribí un cuentecito que decía: Una mamá estaba cuidando a su hijo pequeño. Este lanzó un grito porque le había picado una hormiga. La madre que quería mucho a su hijo, resulto ser una mamá dragón, y como quería mucho a su hijo, con su aliento de fuego quemó todo el hormiguero. La moraleja casi me costó una hostia. Esta era: los fuertes con razón o no, aplastan a los débiles. Esto ahora quedaría hasta cursi, pero en 1962…
Un abrazo
P/S: La mitad o más de la copla, es copiada

Conchi Carnago dijo...

Estimado PATXI hermosa y dura canción, y buena memoria la tuya. La contestación de la señora Golda Mair es terrible, como si el amor de una madre fuera patrimonio de ellos, me parece una barbaridad.

Lo que están haciendo en Gaza es una barbarie y una inmoralidad, y lo peor es que seguirá pasando si alguien no lo remedia.

Muy agudo tu cuento a mi no me parece nada cursi al contrario muy real y actual.

Saludos y buen verano.

José Manuel Fuerte dijo...

No solo están masacrando a los niños y niñas de Palestina, cuyas imágenes de dolor nos desgarran a todos, es decir, el futuro de una comunidad, sino que están sembrando el odio en aquellos que sobreviven, y que pasarán tarde o temprano a estados psicológicos de deseos de venganza. Están sembrando la violencia con violencia. Nada nuevo... y la pescaílla volverá a mordérsela.

Enhorabuena, y un abrazo Conchi.

Conchi Carnago dijo...

Totalmente de acuerdo contigo José Manuel sembrando tanto odio difícilmente habra paz alguna vez, y es más que lógico, viendo esas terribles imágenes y sabiendo que familias enteras han sido masacradas solo hay que ponerse en el lugar de los supervivientes para saber que esa historia esta condenada a perpetuarse, penoso terrible pero creo que cierto, ojala fuera posible, ojala algún día las futuras generaciones de ambos lados sean unas más generosas y sepan perdonar y las
otras más más solidarias y menos prepotentes y sedan en su encono, se repartan el territorio para convivir en paz.

Saludos.