Hoy catorce de octubre de 2011 hace la friolera de 38 años que me case con el hombre de mi vida, “mí Paco” si a eso le unimos otros diez de novios, son 48, casi unas bodas de oro. Si lo comparamos con algunos matrimonios de ahora, que duran menos que una piruleta en la puerta de un colegio, lo nuestro es todo un record.
Yo lo conocí con quince años, él tenía uno más, pero parece ser que ya me conocía de antes, según dice él, y yo le creo.
Muchos se preguntaran, ¿cómo se puede estar toda la vida con la misma persona? Pues no sabría decirlo exactamente, porque cada persona es un mundo, y yo solo puedo hablar por mí, solo por mí.
Mi opinión, que es solo eso mía, es que lo primero, tiene que haber un enamoramiento, las personas te gustan o no, después el roce hace el cariño, pero siempre tiene que estar el enamoramiento latente, por los años de los años, porque los años pasan para los dos, no envejece solo la mujer. Cumplir años tiene sus pros y sus contras como todo en la vida, perdemos la juventud y con ella la tersura, pero ganamos en experiencia, y conocimiento de toda índole, incluso de nosotros mismos, con los años sabemos perfectamente lo que queremos y lo que no, cosa que en la juventud no tenemos muy claro.
Mi matrimonio como todos, creo, ha tenido momentos buenos, malos y regulares, para que nos vamos a engañar, épocas de una economía muy precaria, que afortunadamente no hicieron mella en nuestro amor, precisamente por eso, porque en la base había amor, con los años llegamos a conocernos también, hasta el extremo que, con la mirada ya sabemos lo que estamos pensando.
No quiere decir que no discutamos nunca, no, nada de eso, lo hacíamos y lo seguimos haciendo, cuando viene al caso, no tenemos por qué estar siempre de acuerdo para nada, pero siempre desde el respeto, y la tolerancia. Un matrimonio que nunca discuta o que siempre estén de acuerdo en todo, además de raro e ilógico, tiene que ser muy soso, las discusiones, los disgustillos, y sobre todo las reconciliaciones, son la sal, o la guinda, del matrimonio. Yo diría que un aliciente más.
Tenemos dos hijos extraordinarios Paco y Gabriel, de los que estamos muy pero que muy orgullosos, los dos están muy enamorados de sus parejas, el mayor ya nos ha hecho abuelos por partida doble, Claudia, y Alejandro, nuestros dos tesoros. Que más le podemos pedir a la vida.
Estamos en una etapa de la vida, buenísima, por razones obvias, al tener mucho tiempo para hacer las cosas que nos gustaban, y que la falta de tiempo nos impedía hacer. Tenemos salud, con achaques propios de la edad.
La vida no se me ha hecho larga, no, al contrario se pasa muy rápido demasiado, antes de que te des cuenta los hijos son adultos y se independizan, la casa, y lo padres, nos quedamos solos, es el ciclo de la vida. Al que todos contribuimos en algún momento.
Solo espero llegar al final juntos, y más unidos que nunca, con el mismo amor y enamoramiento de siempre.
¡Construimos muy bien los pilares de nuestro matrimonio! ¿Verdad, Paco?
7 comentarios:
Bueno como dices con altos y bajos, como todo el mundo, normalmente los bajos en mayor cuantía por mi parte. Y es verdad lo de conocerte y enamorarme de ti, un par de años antes. Muchas gracias por aguantarme tantos años, y a mis defectos. Creo que el resultado no es del todo malo, por lo menos en la materia de los hijos, ellos no creo tengan queja, como pensamos los hemos educado.Un beso.
Dices bien como todos, la convivencia es un "toma y daca",tu también me has aguantado a mí que no soy perfecta, luego estamos en paz.Con los niños hemos tenido mucha suerte. solo espero que los dos tengamos salud para disfrutar de tu jubilación.
Bueno, me da no sé qué meterme por aquí, que parece que os interrumpo un poco, pero tengo ganas de haceros llegar mi más sincera felicitación.
Cuando se junta buena gente como vosotros, seguro que hay carrete para rato.
Que seais siendo igual de felices.
Enhorabuena.
Muchas gracias Jose Manuel. No te preocupes que no interrumpes nada hombre, al contrario se agradece tus buenos deseos, y la buena opinión que tienes de nosotros, que por otro lado es reciproca.
Un abrazo.
Conchi, Paco; enhorabuena. Y que vengan muchos, muchos más.
Muchas gracias José Manuel y José Javier. Cuándo las felicitaciones son sinceras son un estimulo, para "aguantar" (es broma). Un abrazo a los dos.
Muchas gracias, Jose Javier, por tus buenos deseos y por tener la deferencia de entrar en este humilde blogg.
Saludos.
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