Hoy sábado 21 de Julio hizo una tarde calurosa y soporífera,
digna de la fama de calurosa que Córdoba tiene por meritos propios. Después del
primer sopor de la sobremesa en el que todos nos trasponemos en menor o mayor
medida, anduve haciendo “zapping” con
el mando de la caja tonta, porque a esas horas no soy capaz de concentrarme en
ninguna lectura, simplemente me dejo llevar de la pereza propia del calor,
aliviado en parte por el aire acondicionado. (Veremos cuando venga la factura de la luz) Pues bien, después de
dar muchas vueltas arriba y abajo, todas las películas que ponen las repiten cientos
de veces. Entre ver una cualquiera, decidí volver a ver una vez más, la película
de “QUE BELLO ES VIVIR”. Estoy casi segura, de que es la película más vista de
la historia del cine. En todas las navidades no falla, son muchas las veces que
la repiten, y en varias cadenas a distintas horas. No hay duda de que es un
clásico entre los clásicos.
Película de 1946 dirigida por Fran Capra, guion de; Frances
Goodrich, Albert Hackett, y el propio Capra, y música de Dimitri Tiomkim. James
Stewart encarnando al protagonista George Bailey, un sencillo y humilde hombre
que mantiene a duras penas el negocio familiar un pequeño banco de préstamos, con el que ayuda a los más humildes, y con
el que sostiene a su numerosa familia. Un pequeño percance hace que el negocio
se vea en la quiebra, desesperado solo
ve salida quitándose la vida para que su mujer pueda cobrar el seguro y saque a
flote a sus hijos. Que voy a contaros que no sepáis si seguro que la habéis
visto tantas veces como yo.
Pues aun habiéndola visto tantas veces, las lágrimas siguen
saliendo como si fuera la primera vez. Siempre digo; esta vez no voy a llorar
pues ya me la sé de memoria, es absurdo que me siga emocionando, pues nada, no sirven de nada mis propósitos, me meto en la historia y a llorar. Ese pobre hombre, cuando el ángel para que desista de querer
suicidarse, le hace ver lo distinta que hubiera sido la vida sin él, y como él,
se va desesperando porque nadie lo conoce, ni siquiera su propia madre, ni su
mujer que era una bibliotecaria solterona, luego sus hijos tampoco existían.
Pobre hombre que mal rato, y que mal rato pasamos los espectadores siempre que
la vemos. Como abrazaba a sus hijos y a su mujer, que alegría sintió al
comprobar que todo seguía igual, ya no le importaba lo que pudiera pasarle,
había recuperado su vida y a sus seres queridos. Y para colmo cuando comprueba la
solidaridad de todos los vecinos a los que él tantas veces había ayudado, ahora
son ellos los que con sus aportaciones
lo sacan del apuro. No creo que haya nadie que no se haya emocionado con esta
escena final. Lágrimas, mocos, y montón de pañuelos empapados de ambos, que
utilizo cada vez que la veo. (Sensible
que es una).
Es increíble como una película, obra de teatro, o música, cuando son buenas, y están bien interpretadas, nos llegan a conmover y a tocar las
fibras más sensibles de nuestro organismo, siendo inútil querer retener la
emoción que se apodera de nosotros en esos momentos. Hay una lucha en la que nuestra
mente no consigue dominar a la emoción, por lo menos en mi caso es así, aunque
sinceramente reconozco que me gusta dejarme llevar, me preparo una buena
porción de “kleenex” y a disfrutar. (Puede
que sea puro masoquismo).
De todas formas me parece muy interesante la idea de pararnos a pensar cuantas cosas serian distintas sin nuestra existencia.
En fin, la película creo que tiene una buena enseñanza, dejando
a un lado la fantasía del simpático ángel, y es que nos hace pensar que hay
cosas tan importantes como la familia y los amigos, y que por muy mal que se
pongan las cosas, siempre habrá un camino de salida.
En estos tiempos que estamos atravesando, seguro que hay
mucha gente desesperada, espero que sepan aguantar y no se dejen llevar por el
fatalismo. Siempre que una puerta se cierra, dicen que hay otra que se abre.
Ojala así sea para miles de familias que
van a necesitar toda clase de apoyos. Mucha suerte para todos.
2 comentarios:
Hola Conchi, yo también por mas que vea esa película no puedo evitar el llanto.
Como bien dices, en este tiempo muchas familias están desesperadas. Yo no llego a tanto, pero casi. La vida se complica cada vez mas y yo solo tengo el refugio de mis blogs, mis artículos, mis videos, así que esto de Internet me da vida.
Como no veo tu correo por ningún sitio, desde aquí te voy a hacer una propuesta:
En Linkedin, hace unos días se ha creado un grupo con el fin de aglutinar a blogueros cordobeses para promocionarnos y organizar acciones conjuntas.
Si te interesa, dímelo y te paso invitación al grupo.
Si es así mñandame un correo: chari.serrano@gmail.com
Besos
Estimada Chary gracias por tu comentario, es cierto que la vida nos la están complicando en exceso, y sufrimos por los hijos, y por la juventud en general,nosotras tenemos afortunadamente estos medios con los que distraer nuestro libre, aunque tampoco es tanto, pues tengo otras aficiones como son además de la pintura y la lectura el yoga, a la que le dedico un tiempo diario. y dos nietos a los que no puedo escatimarle unos buenos ratos con sus abuelos. Si tienes nietos lo comprenderás.
De todas formas te mando mi correo por si quieres mandarme la información del tema que me comentas, la idea me parece genial, ya veré si puedo comprometerme, pues tampoco quiero abarcar demasiadas cosas que me agobien demasiado, de todas maneras muchas gracias por acordarte de mi. te sigo siempre que puedo.
Un abrazo.
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