La gran mayoría de españoles, que ya llevábamos tiempo sufriendo
de un mal llamado “indignación” por
razones obvias, que todos conocemos y no voy a repetir, hemos llegado al límite
de la tolerancia, después de los últimos viernes negros, y del último
comunicado del gobierno del miércoles pasado, donde nos dieron “la puntilla” en términos taurinos. Hemos
tocado fondo, ya no podemos soportar más vejaciones, más injusticias, más
burlas descaradas, ni más tomaduras de pelo. El miércoles todos los españoles
pudimos comprobar la catadura moral de unos impresentables diputados del
partido gobernante, que aplaudían a su “jefe” riéndose por lo bien que lo
estaba haciendo. Y una de ellos para más “inri” se permitió el desahogo de decir “que se jodan”, una señora que es hija de
padre presunto corrupto, y ella misma que presuntamente está defraudando al
erario público cobrando lo que no le pertenece, tendría que caminar con la
cabeza por los suelos. Todo eso pasaba cuando la gran mayoría de españoles
estábamos al borde de un ataque de nervios, y negros de la indignación.
Este gobierno que durante meses, en la oposición y después
en el gobierno, no se cansaba de decir que ellos no subirían el IVA, (que subir el IVA era de ser un mal
gobernante), eso lo decían por activa y por pasiva, y siguieron diciéndolo
cuando entraron a gobernar, y no solo fue el señor presidente, también sus más
allegados colaboradores. ¿Qué ha cambiado? Por qué a Zapatero lo ponían a
parir, cosa por otro lado comprensible. Pero nunca he estado de acuerdo en la
forma tan indigna de hacer oposición, que han tenido, me parece sencillamente
vergonzosa. Porque una cosa es discrepar
y otra el acoso y derribo sin dar soluciones sin aportar la más mínima idea ni
apoyo, su deber era arrimar el hombro en un tiempo de crisis mundial. Pero no,
eso era ser demasiado blando para ellos. (Sin
embargo lo que ellos no hicieron, ahora
se lo exigen a la oposición) sin duda doble vara de medir. Jamás en la
corta historia de la democracia, un partido ha conseguido tanto con tan poco. Si
la crisis en vez de estallarle al PSOE por ser el que gobernaba, hubiera sido
al revés, hoy estarían gobernando los socialistas. Y no quiero defender a los
socialistas porque no se lo merecen, han tenido en su mano la oportunidad de
oro de cambiar muchas cosas, apoyándose en remediar la crisis, ellos podían
haberlo hecho; Banca Pública, que hubiera dado crédito a los pequeños y
medianos empresarios, y a los propietarios de pisos en riesgo de desahucio y suprimir
de un vez por todas y para siempre, los muchos privilegios que tiene la
iglesia, (no olvidemos que son miles de millones de euros) que van a parar a
las arcas vaticanas. Solo con estas dos cosas hubieran demostrado su esfuerzo
en hacer las cosas bien, algo mejor les hubiera ido y posiblemente no hubieran
perdido el gobierno.
De todas formas, este gobierno y el anterior, se han tenido
que tragar sus palabras, sin que se les caiga la cara de vergüenza, algo que yo
nunca comprenderé. Si por las circunstancias, no se es capaz de buscar
soluciones optimas sin dañar a los más débiles, “se dimite”, así de simple, “se
dimite” una dimisión a tiempo es una victoria, un gesto que honra al que lo
hace.
¿Por qué no lo hacen? Acaso son tan ignorantes que no saben que
el honor es respetar la palabra dada. Que la honradez es no quedarse con nada
que no nos pertenezca, ni hayamos ganado con el sudor de nuestra frente. No lo
creo, simplemente los pierde la ambición, una ambición descontrolada, sin el
más mínimo de pudor.
Parece que es mucho más fácil, recortar a los funcionarios
sin tener en cuenta que hay cientos que ganan menos de mil euros. Sin lugar a
dudas, con estos últimos recortes (por ahora claro), las listas del INEN se
incrementaran de una forma más que alarmante, será “caótica”. El deterioro de la sanidad, y de la enseñanza, pronto
será patente. Habrá líos en los hospitales, y en los ambulatorios. Muchos
jóvenes con talento quedaran en la cuneta por no poder pagar sus padres las matriculas
de sus carreras. La ley de Dependencia, que ya de por si era corta, con estos recortes
sin precedentes, y bochornosos desaparecerá. Muy pronto se verán los problemas
familiares. Pero claro para ellos serán solo daños “colaterales” ¿Cuántos pequeños comercios tendrán que cerrar? Cientos
de jóvenes se están yendo a otros países. Para que seguir, no voy a decir nada
que no sepáis. Un gobierno que dice que hay mucho fraude, (y eso es verdad)
pero contradiciéndose premia a los defraudadores, (él mismo trabajo, asesorando
a los empresarios a saber cómo defraudar, ¿?
Sin duda han abierto la caja de los truenos, espero que no
se quejen luego.
Esta maldita crisis que todos veíamos venir y nadie hizo
nada por detener, irrumpió en nuestras humildes y tranquilas vidas, de pronto un
maremágnum de subidas y bajadas de bolsa, nos castigaban en todos los
telediarios, sin que comprendiéramos nada, todo nos sonaba a chino, la palabra “mercados” sonaba a todas horas. De
pronto nos apareció una “prima” sin
saber de qué rama de la familia era, para colmo era de “riesgo” de mucho riesgo como se comprobado después.
Con motivos sobrados el pueblo ha pasado de la indignación,
a la rebeldía y a la lucha, es lo único que nos queda. Los mineros como siempre
a lo largo de la historia, los primeros en tirarse a la calle a reivindicar sus
derechos, ellos nos han abierto el camino, tomaremos las calles y con valentía
daremos la cara y esperemos que no nos la partan. (Que esa es otra).
Nos dicen que salir a la calle no es bueno, pues la imagen
que podemos dar al resto de Europa es muy mala, (no te jode) peor es la que
están dando ellos.
UN GOBIENO QUE NO TIENE MISERICORDIA CON LOS MAS DÉBILES NO
MERECE GOBERNAR.
1 comentario:
Es el derecho al pataleo lo que nos queda, aunque si los que van a sufrir más toda esta estafa, pues en teoría vivirán muchos años, se indignaran de verdad esta gente no puede con un pueblo cabreado. Ningún gobierno ha podido y a la historia me remito. Pero a la escasa indignación de los verdaderamente afectados se une la resignación que es más grave. Una generación bien preparada pero cómoda, y posiblemente la culpa sea en gran parte nuestra, de las generaciones anteriores que no les inculcamos que hay que luchar por los derechos. En fin ya veremos.
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