Qué pena que tengamos una prensa y algunos medios de comunicación impresentables, al parecer la noticia sólo es; que fue una manifestación de (radicales de izquierdas) o como ya dijo el presidente de la Comunidad de Madrid, González, por cierto, “presunto” corrupto, a todos los que apoyamos y participamos en las marchas, no tuvo ningún reparo en calificarnos de (neonazis), hay declaraciones que son difíciles de clasificar sin insultar al autor, sin duda problema de tener más educación. Los medios sólo destacan que a última hora, un grupo de radicales actuaron salvajemente contra la policía, que es cierto, pero lo que no dicen es que fue la policía la que empezó a provocarlos aún sin terminar el acto, dando pie a los incontrolados, que siempre los hay y que nada tienen que ver con los que llenamos las calles pacíficamente.
Como dice El Gran Wyoming, hasta
aquí las noticias; ahora les contaremos la verdad.
22M Marchas por la dignidad, convocaban
diversas instituciones, muchas de ellas ni siquiera eran partidos políticos, a
ellas se sumaban gentes de toda clase social, todas unidas por un denominador común,
el de recuperar la dignidad que sibilinamente nos están arrebatando a pasos
agigantados. La convocatoria,
afortunadamente todo un éxito sin precedentes en la historia de la
democracia, a pesar de los muchos obstáculos que en algunos pueblos alcaldes
impresentables presentaban a los caminantes que pacíficamente iban dejándose la
piel en el camino, e incluso alguno los llamo “rojos de mierda”. En otros en cambio fueron recibidos con gran
alegría y solidaridad, ofreciéndoles no solo alojamiento sino alimentos que
compartían con ellos Os recuerdo que entre ellos había no sólo gente joven,
también personas mayores, incluso muy mayores, y personas que en su gran
mayoría no son de ningún partido político.
Los guardia civiles cumpliendo
órdenes, faltaría más, detuvieron a muchos autocares antes de entrar a Madrid
sin ningún motivo, bueno sí, el de retrasar la entrada para que se fuera formando
un gran caos en el tráfico y echarle la culpa a las Marchas, a pesar de todo no
lo consiguieron y todo marchó sobre ruedas.
El grueso de los manifestantes,
tanto los caminantes como los miles de personas que ese mismo día nos unimos a
ellos, cada cual como mejor pudo: coche, tren y mayoritariamente autocares. Mi
familia y yo nos decidimos por este último, quizás más incomodo, pero también
mucho más ameno, pues podías ir conversando con diversos amigos, de esta manera
se hacía más corto el camino.
Durante la espera estuvimos paseando
con la familia y unas buenas amigas por los Jardines del Retiro, siempre una
gozada. Después de reponer fuerzas nos dirigimos al punto de encuentro, tengo
que decir que cada colectivo tenía asignado uno distinto con el fin de molestar
lo menos posible y no formar ningún caos, todo salió perfecto y cada cual se
fue incorporado a su sitio sin ningún problema.
Sabíamos que iba a ser un gran
éxito, yo así lo había vaticinado, y no porque sea vidente, no, pero creo que
se palpaba en el ambiente, sobre todo a través de los medios sociales, y gracias a las personas que con su ejemplo han
sabido subirnos la moral, admirarlos y sentir en nuestros corazones que no
podíamos dejarlos solos en sus reivindicaciones, que son las nuestras, y las de
todos, luego de alguna manera teníamos que sumarnos a ellos aunque solo fuera
en la culminación el día 22M.
Lo cierto y la pura verdad es que,
cuando llegamos al lugar de la cita y encontrarnos con tal cantidad de gente de
toda clase y edades, alegres y emocionados llenando literalmente las principales
y largas calles, avenidas y plazas de este Madrid hermoso, en la que sin ninguna
duda era la mayor marea humana de la historia de la democracia, (algo que pocos medios dirán) pero los que estábamos allí somos
testigos y el pueblo de Madrid también, y como no, todos los medios de
comunicación, otra cosa es lo que les obliguen a contar. Más de un@ entre los que me encuentro,
lloramos de la emoción, sin duda había merecido la pena.
Los valientes que habían hecho
miles de kilómetros a pie, nos contaban, como la gente les aplaudían al pasar y
como se emocionaban y les decían que estaban con ellos, seguramente esa mayoría
silenciosa que por diversos motivos no pueden acudir a la cita pero que si que están
y se siente. No cabe la menor duda de que se ha hecho historia, todos los medios europeos sean hecho eco de tan
magno acontecimiento promovido por un pueblo sencillo pero cansado, humillado, avergonzado e indignado de ser siempre la
ofrenda en el sacrificio, y que ya no tolera más que lo sigan estafando.
A paso lento, demasiado lento y
con mucha dificultad nos fuimos incorporando a la marcha, con una esperanza
compartida y un civismo absoluto, del que el gran Gandhi se hubiera sentido
orgulloso. Caminábamos hablando unos con otros conociendo a otras personas con
las que solo nos unía el mismo cometido, los mismos problemas, yo particularmente,
pase un buen rato hablando con una señora muy educada que estaba a mi lado, iba sola,
era de Jaén pero se había criado y vivía en Madrid, me comentó que, aunque sus
hijos no tenían problemas, sentía que debía apoyar con su presencia a los que
si los tienen, me dio mucha alegría pues eso mismo es lo que yo siempre
reivindico, que sintamos empatía por el prójimo, tengamos o no problemas.
Es muy importante que todos los
seres humanos no perdamos nunca la dignidad, de lo contrario sólo seriamos
animales, arrastrándonos ante la voz del amo.
Un día esplendido con nubes que a
ratos amenazaban lluvia, otros el sol nos devolvía la energía. Sobre las seis
se levanto un aire frío de nieve, muy molesto, aun así, todo salió a pedir de boca. Llegó un momento
en el que no se podía avanzar, pues el Paseo del Prado estaba colapsado,
decidimos volver dando un paseo hacía la estación de Atocha, a descansar un
rato, comentar lo acontecido, y hacer hora.
Día por tanto grande, muy grande,
del que salimos ampliamente satisfechos de que hubiera una unión tan grande y
gratificante, no es muy normal que distintas fuerzas se unan por un bien común espero
que tomen nota los partidos de que la unión hace la fuerza, algo tan sencillo y
tan difícil de conseguir. Fue un gran placer encontrar y saludar a los muchos
amigos a los que hacía tiempo no veíamos, y este hecho se convertía en alegría
desbordante cuando nos abrazábamos.
Por todo lo expuesto, es pues muy
triste que se comente más en los medios esos actos vandálicos que, a pesar de
ser estos sin duda reprobables, solo fueron una minoría que junto a otra
minoría de policías que no dieron la talla, fue la única nota discordante, ya
que se podía haber evitado si las
fuerzas del orden supieran contenerse, y no provocar a los que de verdad tienen
motivos sobrados para estar indignados con esta sociedad que les está robando
su futuro. Aunque quizás no debería serlo, es muy normal que cuando la tensión se acumula la gente explote,
lo raro es que con lo que está cayendo no haya pasado ya algo muy grave. Que nadie tiente a la suerte. Doy por
supuesto que las fuerzas del orden (que pagamos
todos) están para eso guardar el orden, pero no para provocar el desorden,
salvo que interese a las altas esferas, tener un motivo para reprimir más de lo
que ya se está haciendo. No sería justo que pagaran justos por pecadores.
Lo que de ninguna de las maneras debe
ni puede ensombrecer lo que fue un gran día reivindicativo para la democracia
de este maltrecho país.
Felicidades a todas y todos los
que pudimos disfrutar de verdad, de esas horas caminando juntos con un respeto
y un saber estar irreprochable, por mucho que intente enmascararlo de violento,
no solo no lo fue sino que fue ejemplarizante.
Y felicidades a los organizadores
por el orden en el que se desarrollo el acto durante toda la tarde. Y por
devolvernos la ilusión, para poder pensar sin ninguna duda que SI SE PUEDE.