Llegará el día en el que no se
tenga que celebrar el día de la mujer, será señal de que no hay nada que
reivindicar, será que ya se terminó el calvario de despropósitos. Razones para
seguir en la lucha; mujeres asesinadas,
violadas, mutiladas, obligadas a casarse siendo aún niñas, discriminadas y mal
remuneradas, ninguneadas en sus trabajos , mientras todo eso siga existiendo,
no podemos ni debemos dejar la lucha.
Se lo debemos a las pioneras, a
las que con tanta valentía abrieron el camino un camino lleno de espinas, en un
tiempo donde el patriarcado estaba muy arraigado. A todas ellas que sufrieron
todo tipo humillaciones, e incluso la muerte, el rechazo de familias y amigos, el
desprecio de las propias mujeres acostumbradas a ser serviles al hombre “per se”.
Por todas esas razones y por muchas más que seguro me dejo atrás, no podemos
dejar la lucha, aún no, se lo debemos a ellas y nos lo debemos a nosotras.
Hoy leeremos muchos y buenos artículos
sobre el tema “día de la mujer”, todo el mundo se une para decir lo mucho que
queda por hacer, escucharemos a políticos alabando a las mujeres, a los mismos
que han recortado nuestros derechos, no os preocupéis, eso pasa todos los años,
todos los años las mismas frases, no sé ustedes pero yo ya estoy más que harta
de buenas palabras, que hoy sin duda se volcarán en sus discursos aún más por
estar en plena campaña electoral.
Es curioso y significativo que
siempre sean las mujeres las que reivindicamos nuestros derechos, aunque a éstas
se apunten ciertamente cada vez más hombres. No es suficiente. Quizás es hora de
que ellos también se impliquen más, se lo tomen como algo propio, no en balde
ellos han nacido de mujer, tienen hermanas mujeres e hijas. ¿Acaso no quieren
que se las traten con el respeto e igualdad? seguro que si, pues entonces
únanse a la lucha, protesten, denuncien, por el bien de una sociedad
igualitaria.
Ya soy consciente de que me
moriré sin ver la igualdad plena, y eso que las mujeres siempre hemos sido muy
generosas, nunca hemos pedido nada fuera de lo común, no pedimos ser más, pero
tampoco menos, así de simple, ojalá mis nietas vivan esa añorada igualdad.