ESTADO DE ALARMA 14 DE MARZO.
El martes 10 de marzo era la
fecha en la que comenzaba mi tratamiento para luchar contra el cáncer, y como
estaba previsto después de la visita a la oncóloga comenzaron a darme el primer
día de tratamiento con quimioterapia, a pesar de mis miedos fue menos traumático
de lo que esperaba, después se fueron abriendo paso los efectos secundarios y
ya no fueros tan benignos, pero no es mi intención comentar ni aburrir con mi
periplo de lucha contra el maligno, más bien contar algo de lo que está pasando
para que quede en mi blog.
Después del 10 de marzo yo creía
que nada peor podía pasar que lo que ya tenía encima, solo pensando en los
dramáticos meses que me quedaban por vivir a mí y a mi familia, nadie podíamos
sospechar lo que se nos venía encima, sabíamos por los medios que había alerta
en China por un virus, pero aquello quedaba tan lejano que nadie podía
sospechar nada de lo que estaba por llegar.
Solo habían pasado 4 días del comienzo de mi
primer tratamiento, cuando dieron la noticia de alerta y confinamiento de todo
el país en sus casas. Sin la menor duda que ha sido lo más tremendo y demencial que hemos vivido, ya que
apenas podíamos dar crédito de estar viviéndolo, porque pasamos de la
normalidad más absoluta a un estado catatónico, y surrealista.
La orden era que solo podían
continuar con sus trabajos las personas de cuyos trabajos dependía nuestra
supervivencia y salud, como transportistas de alimentos, supermercados, y
farmacias, y menos mal, porque nadie tenía existencias de nada, salvo cuatro
cosas, lógicamente médicos y sanitarios, personal de limpieza de hospitales y
de la ciudad. Todos los demás comercios de todo tipo se cerraron, los colegios,
institutos, y universidades también. En la gran mayoría de empresas sus
trabajadores podían trabajar desde sus casas al igual que los profesores, que
estaban en continuo contacto con sus alumnos, doble trabajo para ellos y un
caos para los críos, imagino el pobre que en su casa no disponga de esos medios.
Ningún negocio se salvó de tener que
cerrar: hoteles, bares, peluquerías, barberías, y cualquier tipo de negocio incluidos
las grandes superficies.
Un pequeño e insignificante “virus” llamado por los científicos “Covid-19” era el causante de tan
terrible “pandemia” cuyo contagio se
extendía como la pólvora a una rapidez de vértigo, y que está costando miles de
vidas. Quien nos lo iba a decir, costaba trabajo entender lo que pasaba, ya se
comparaba con otras epidemias terribles como la “peste, la “Viruela” o la “gripe
española” los datos diarios eran terriblemente alarmantes, sin duda y
tristemente una pandemia más para la historia.
En los días siguientes a la
alerta, el país estaba paralizado, todos hemos visto videos en los que podíamos
ver grandes avenidas vacías de gente y trafico, asomarnos a las ventanas y no
ver ni un alma por las calles y sentir el escalofriante silencio, era como poco
alucinante, más propio de estar inmersos en una pesadilla, o de una película de
ciencia ficción.
Nadie nos salvamos de sentir el
miedo a lo desconocido, estábamos asustados, (aun lo estamos) pues ni siquiera los científicos sabían bien a qué
atenerse, y gracias que estos se han volcado, dejado otras investigaciones para
centrarse solo en investigar el fenómeno, y tratar de encontrar una vacuna
eficaz porque la gente seguía muriendo, en hospitales y en residencias de
mayores, en estas el virus se ha cebado y ha quedado patente como estaban de
mal gestionadas, un gran negocio falto de personal y medios adecuados, y de
trabajadores mal pagados (a tener en
cuenta para el nuevo gobierno controlar todas tanto las públicas como privadas)
el bienestar de los mayores no puede ser solo negocio. Otra tragedia
añadida ha sido que nadie podía despedirse ni velar a sus seres queridos. Ha
sido todo tan traumático y tan difícil de asimilar, que aun parece que todo
haya sido un mal sueño del que pronto despertaremos.
Desgraciadamente, también han ido
muriendo médicos y sanitarios jóvenes, los hospitales se quedaron pequeños, y
faltos de personal, muchas operaciones que no fueran muy urgentes tuvieron que
ser aplazadas, para poder atender a los infestados, todo era tan caótico. Las
consultas fueron aplazadas. Con todo este drama se puso de manifiesto las
carencias en sanidad por culpa de los recortes en años anteriores y sobretodo
la falta de infraestructuras en fabricación de material sanitario, algo a tener
en cuenta por los todos los gobiernos para próximos años, porque todo apunta a
que esto se puede repetir.
Lo que nadie podía esperar es que
ese maldito virus tuviera tanto poder y trajera tanta desgracia, han sido miles
de muertes y miles de infectados, al día de hoy aun sigue habiendo ingresos
muertes, e infectados y ya vamos camino
de los tres meses de alarma.
Al gobierno recién entrado le ha
tocado esta papeleta imposible de prever (no
me gustaría a mí haber estado en su pellejo por nada del mundo) ciertamente
y sin la menor duda, lo han hecho con valentía y decisión, con sus aciertos y
seguro que también fallos, pero creo que nadie con dos dedos de frente debería reprocharles
nada, la situación ha sido tan inusual como caótica como para que nadie tuviera
soluciones milagro. Como en todos los casos de este tipo, salen las miserias
humanas a flote, aprovechando que ha “a
rio revuelto ganancias de pescadores” así piensan los miserables y los
canallas. No creo que sea el momento, muy al contrario todos deberíamos remar
en la misma dirección.
Estamos viendo por parte de la
oposición, como a toda costa quieren acabar con este gobierno progresista, y no
precisamente en las urnas como sería lo lógico, ellos no están teniendo el
menor escrúpulo en utilizar a los muertos para intentar debilitar al gobierno,
en lugar de ayudar como en todos los países están haciendo, por culpa de ellos ya
somos la vergüenza de Europa, pero eso a ellos se ve que les da igual, hay que
acabar con este gobierno si, o si, porque no les gusta, porque no es el que
ellos querían y porque en su ADN no figura el saber perder. En fin ellos
sabrán, en sus conciencias lo tendrán, si es que la tienen, que lo dudo.
El gobierno ante los mejores
datos comenzó (siempre asesorado por los expertos
científicos) lo que llaman una “desescalada”
en tres fases, no es ni más ni menos que ir abriendo la mano más por presiones económicas
que por necesidad. La “desescalada”
se ha ido haciendo por ciudades más limpias o menos contaminadas, es lo lógico,
¿verdad? Pues por lo visto para algunos alcaldes no, los mismos que criticaron
al gobierno por la tardanza en la alerta máxima (siempre según ellos) ahora les han entrado unas prisas por que
todo se abra y ya, con el único fin de que la economía se restaure pronto,
hasta cierto punto es comprensible, aunque nunca a costa de vidas, pienso yo,
sin embargo ahora que gestionan ellos la cosa se les complica y no quieren
correr tanto.
Afortunadamente este gobierno con
su ministra de trabajo al frente, pusieron inmediatamente medidas jamás
conocidas en este país como los llamados ERT ayudas para empresas, empresarios
y trabajadores, mientras dure la pandemia y hasta que se vuelva a la
normalidad, y lo ultimo la aprobación de la “renta
básica” para cientos de familias en limite de pobreza, algo que las
izquierdas llevaban años reivindicando.
Vamos por los ochenta y tantos
días desde que hizo su apoteósica aparición el dichoso virus, a pesar de que ya
la “desescalada” va en aumento
siempre según que ciudades, al día de hoy en unas van por la segunda y el lunes
por la tercera, eso si no volvemos para atrás, (ya está pasando) gracias a los incumplidores de las normas que son
los incívicos de siempre, los mismos que no ayudan y piensa que esto no va con
ellos, se nota que no han tenido ningún afectado en su familia y que no han
vivido de cerca el problema, a esos yo los pondría en primera línea a ayudar en los hospitales, seguro que se les
acababa la estupidez. Poco a poco todo va volviendo a la normalidad, y todo va
bien pronto estará todo funcionando aunque creo que nada será igual.
No quiero dejar pasar la
inestimable y gran labor de la “Sanidad
Pública” de toda la plantilla tanto médica como sanitaria, personal de
limpieza y trabajadores en general que han trabajado bajo la presión de saber
que estaba expuesto a algo mortal sin precedentes, lamentablemente y como cabía
esperar también se ha cobrado la vida de personal sanitario.
Todos los días a las 8 de la
tarde, casi todos los ciudadanos salíamos al balcón aplaudir la labor de los
que estaban dándolo todo. Hay que decir que cuando todo esto pase, habrá que
hacerles un homenaje, aunque creo que el mejor homenaje seria ampliación de
plantilla permanente, y dotar de medios suficientes, a los hospitales, y como
no unos salarios dignos y acordes con la inmensa labor que desarrollan, y qué
duda cabe que debe de haber una Ley que impida futuros recortes en la “Sanidad Pública” ya que se ha
demostrado que es la única efectiva en casos de pandemias, presumiblemente no
será la última, por lo tanto urge que todos los países se preparen para hacerle
frente de la mano de los profesionales de la ciencia, ya que de nada sirven ya
los tanques ni bombas, el enemigo es invisible.
¡¡Increíble!!
Quien nos lo iba a decir hace tan
solo tres meses.