jueves, 7 de marzo de 2013

PARA CUANDO LA IGUALDAD PLENA



La mujer toma conciencia colectiva de su tremenda situación de desigualdad, en la Revolución Francesa tomando parte activa en ella. Pero aun tiene que pasar mucho tiempo de “patriarcado”. Fue a mediados del siglo XIX cuando los movimientos femeninos van tomando fuerza, gracias a las mujeres de la burguesía principalmente, por su mejor preparación y disponibilidad de tiempo libre, las mujeres con bajo nivel económico difícilmente podrían ni siquiera haber pensado en tales cosas pues con criar a los muchos hijos que tenían por la falta de medios y de ignorancia, ya tenían bastante. Por muy destrozadas y puteadas que estuvieran jamás se hubieran atrevido a levantar la voz para protestar, a sus maridos, y mucho menos a levantar la voz en público, como si hacían las mujeres que se integraban en los movimientos  sufragistas, que tenían la mayoría un alto nivel social. Ellas si plantaban cara no solo a sus maridos, familiares, amigos y público en general. Tenían una cultura que las respaldaba y muchas ganas de que se reconocieran sus derechos.

Es desde los movimientos anarquistas cuando surgen las primeras reivindicaciones; la “maternidad libre” la “libertad sexual” la “planificación familiar” el “uso y difusión de anticonceptivos”, etc.

Cuánto ha llovido desde entonces, y seguimos luchando por una total igualdad que, aunque parezca mentira, aún hay muchas lagunas en forma discriminatoria. La equiparación de sueldos por igual trabajo aún no se cumple. La mujer todavía tiene que estar en continuo desafío y lucha por demostrar  que su trabajo es tan bueno o mejor que el de sus compañeros, aún así les cuesta mucho más ascender en puestos de responsabilidad. Si, es cierto, cuesta trabajo creer que esto pase después de tanta lucha. ¿Qué pensarían aquellas valientes mujeres que tanto hicieron por la justa causa de la igualdad entre hombres y mujeres, y que nunca pidieron ser más, solo iguales, si pudieran saber que en el siglo XXI aun tenemos que seguir reivindicando? Por desgracia somos moneda de cambio para algunos gobernantes, que quieren retroceder en derechos importantes conseguidos, como es el derecho al aborto, el derecho a decidir una maternidad en libertad, sin presiones de ninguna clase. Somos personas de pleno derecho, aunque todavía una gran parte de la sociedad  nos lo siga negando.

Y no puedo terminar este artículo en el día Internacional de la Mujer sin dedicar un emotivo y sincero recuerdo para todas las mujeres que año tras año, han sido víctimas mortales de un machismo trasnochado, llevado al máximo extremo por considerar a la mujer como objeto de su propiedad, algo inadmisible, cruel y patético.

Espero que pronto llegue el día en el que no se tenga que celebrar ningún día especial, pues ya tengamos las mismas oportunidades. Sería lo justo y necesario. 

4 comentarios:

fus dijo...

Cuando llegue ese dia que no se tenga que celebrar el dia de la mujer, serà
cuando la normalidad se instale en este sistema por la igualdad. Utopìa.

El sistema nunca dejará que una mujer tenga los mismos derechos que un hombre, me remito a lo que està pasando en nuestros dìas en esta sociedad de hipòcritas.
Por ejemplo en la elecciòn de un Papa.

un abrazo

fus

Conchi Carnago dijo...

Pues si amigo fus ese parece ser nuestro sino, y cuesta trabajo pensar que todavia se cuestionen no solo nuestros derechos sino nuestra valía, y la Iglesia la peor la más retrógrada prefiere vivir anclada en el pasado,y la verdad que les ha ido bastante bien, veremos que pasa con el nuevo inquilino del Vaticano, yo realmente no espero nada nuevo.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Como veo que me has bloqueado en FACebook, no me queda más remedio que contestarte aqui: Mira, Inmaculada Conpceción "Conchi", por seguir tu juego, te conozco de oídas y leídas y siempre podría decir que te imaginaba un poco repipi o repelente. Pero no voy a descender a tu nivel de insultos, ni sobre la mala baba o si escupes por el colmillo. No sé de que dos personas me hablas, y esto si que es verdaderamente surrealista. Y dejando al margen tu vacía verborrea que parece no tener fin, esta conversación se va a acabar. Aunque desde luego, lo que no voy a tolerar es que me bloquees como has hecho en FAcebook para que no te pueda contestar. Esto se llama censura, y además dejas en la indefensión a la persona a la que denigras. Además con tus comentarios has hecho daño a una buena persona a la que muchas queremos. En cuanto a los correos que mencionas no tienen nada de privado, porque yo no los he pedido y a menudo son reenvíos de otras personas que tampoco han autorizado su distribución o no.
Deja expresarse a la gente, y que la gente juzgue cual es tu "estilo".
Si borras mi respuesta o me bloqueas te prevengo de que he hecho la correspondiente captura de pantalla, para que a nadie quede oculto lo que dices.

Conchi Carnago dijo...

No tengo por costumbre contestar a los anónimos, pero esta vez voy hacer una excepción. Es curioso como quien pretende, dar lecciones de democracia, hablando de censura, indefensión, libre expresión, etc. etc. se escuda detrás de un anónimo, y además se permite la osadía de prevenirme, de emplear la amenaza, no sé de qué. Y menciona unos correos que yo no le he enviado por la razón obvia de que no sé quién es usted. Por eso los anónimos son despreciables y mucho más quienes los envían.

Ahora bien, con sus ataques usted mismo@ se delata primero como una persona que si conozco y estimaba, después como una mujer a la que no conozco ni he aceptado como amiga, pero que me habla siguiendo el guion de las absurdas contestaciones del tal individuo, raro, raro, raro.

Por otra parte este blog, aunque sea público, es como si fuese mi casa, que Vd. visita sin haber sido invitado para dejar caer en el comentarios insultantes hacia mí, pero siempre desde el anonimato, razón más que suficiente para borrarlos, pero no se preocupe que no voy a hacerlo. Ya que estos ataques continuados hacia mi persona parece ser que es su mejor distracción, le pido por favor que me deje en paz mí tiempo lo dedico a otras cosas más gratificantes que defenderme de algo tan surrealista como son sus continuos ataques que ni siquiera comprendo, por supuesto no voy a volver sobre las mismas tonterías cada vez que a usted le dé por fastidiarme, lo ignorare por completo, faltaría más.

Espero, que ya que me acusa de una serie de cuestiones, tenga la valentía de identificarte con nombre y apellidos, como lo hago yo.