miércoles, 6 de octubre de 2010

BARRO ROJO O EL PRECIO DEL PROGRESO

Una vez más nos levantamos con nuevas malas noticias, esto es un no parar. Cada vez las soporto menos, por varias razones: porque sufro con las desgracias ajenas, al ponerme en el lugar de esas personas; porque creo que muchas son evitables, y eso me crea un sentimiento de impotencia grande; porque pienso que no hemos hecho lo suficiente, para dejarles a nuestros descendientes, un planeta más limpio de contaminaciones; porque creo que cada individuo tenemos una parte de culpa, y si fuéramos conscientes de nuestra indolencia, y pusiéramos empeño, quizás estaríamos a tiempo. Pero eso es lo que quiero creer, posiblemente, me este engañando a mí misma.

Un gran rio de agua roja, (como las que recorrieron las calles de Egipto, según la biblia cuando dios les mando, la primera de las diez plagas) “que también manda huevos con la mala leche que se gastaba dios”, solo que esta vez no ha sido ningún dios virtual, sino la mano del hombre, o el progreso al que tan alegremente todos nos hemos acostumbrado. Quizás algún día no muy lejano nos preguntemos si habrá merecido la pena.

Hungría ha sido la victima esta vez, varias personas muertas, algunas desaparecidas, y ciento y pico de heridos graves por quemaduras. Un millón de metros cúbicos de barro rojo altamente contaminante, corrió por calles y campos sembrando el terror de los habitantes, incluyendo a los animales. Están tratando de cortarlo con toneladas de yeso, para que no llegue a los arroyos ni a los ríos, pues de no lograrlo, la catástrofe será de una magnitud sin precedentes.

De todas formas por donde ha pasado, no creo que puedan descontaminar tan fácilmente las casas y sobre todo las tierras.

Pero en este maremágnum de nuevas tecnologías estamos todos. Todo se queda antiguo enseguida y es reemplazado rápidamente, ya sean coches, teléfonos, videos, televisores, electrodomésticos, ect..
Pero estoy completamente segura sin temor a equivocarme que, ya no podemos prescindir del progreso, estamos todos imbuidos en esta espiral llamada “bienestar”.

8 comentarios:

MariaJU dijo...

En Aznalcóllar pasó algo similar y según lo último q leí, parece ser q Bolidén, la empresa explotadora de las minas al aire libre (que éstas si que contaminan), aún no pagó la contaminación producida y esta persiste.
Es verdad q la tecnología es imparable, pero los gobiernos deberían de arbitrar leyes más duras para que quien polucione pague y restablezca lo que se contaminó, pero vamos, por la vía de urgencia. Esto haría q cualquier empresa de productos tóxicos o que los produzca, pongan sistemas de seguridad más eficientes para no contaminar.
Esperemos q en un futuro se consiga la contaminación cero.

MariaJU dijo...

Bueno, aclaro, aunque por hecho cercano geográficamente no sea necesario. En Aznalcóllar. el río de residuos de pirita no llegó directamente a una núcleo de población como ha pasado en Hungría, claro, pero evidentemente, los efectos permanecen en la tierra y las aguas y eso siembre afecta tb a las poblaciones cercanas.

Conchi Carnago dijo...

Tienes toda la razón, y estoy de acuerdo contigo en que son los gobiernos los que tienen que controlar, que esas empresas cumplan todos los requisitos de seguridad, tienen que exigirles, nuevos métodos de seguridad, que los hay según un científico que estuvo esta mañana explicándolo en radio nacional, y sobre todo,hacer pagar,si hace falta con la cárcel, no se puede provocar una catástrofe de esa magnitud, y salir impune. un abrazo.

harazem dijo...

Pero bueno.... ¿Cómo no me había avisado nadie? Estaré pendiente. Y como he leído en uno de tus comentarios lo de la sencillez como si no fuera una virtud, pues... tú misma. Sigue sin ser virtuosa.

En cuanto a lo del barro húngaro y Aznalcóllar supongo que habéis leído ya a Saco que lo llama codicia tóxica y que la búsqueda del beneficio económico prima siempre sobre el bienestar de los ciudadanos.

Ánimo y a no desfallecer.

Paco Muñoz dijo...

Conchi cada día te superas más(pelota 1535).

Un beso

Conchi Carnago dijo...

Don Manuel que gran honor y que placer que un grandisimo escritor como tu, al que admiro tanto, se asome a mi insignificante blog.
Ha sido un atrevimiento por mi parte pero me gusta tanto escribir,que no lo pensé dos veces, en realidad creí
que solo me leería la familia, por eso siempre agradezco,mucho cualquier entrada o comentario

Espero no defraudarte demasiado,
Un abrazo amigo.

José Manuel Fuerte dijo...

Para descontaminar la zona tendrán que movilizar más de dos metros de profundidad de tierra, y se encontrarán con el marrón de buscar un lugar para su almacenamiento. Las contaminaciones por metales duran prácticamente para toda la vida. Alguien que se meta en el cuerpo una cantidad excesiva de metales contaminantes (plomo, arsénico, bismuto,...) está sentenciado a morir por ellas. Y ojo con el lugar donde echen sus cenizas.
Seguro que por cuatro perras encuentran un pueblecito lejano a las autopistas donde almacenar esta mierda, a cambio de patrocinar las fiestas locales y abaratar la vivienda.
Al loro.

Conchi Carnago dijo...

Tienes toda la razón Jose Manuel,es tremendo,y tiene muy mala pinta, mucho me temo que las secuelas van hacer terribles, y como siempre pagaran los mismos, como tu bien dices, en este caso soy muy pesimista.
Ojala me equivoque.